Evo necesita comprender que no se puede gobernar rodeado de un entorno que no respeta a los dignatarios de Estado. El hecho de que un asesor “técnico” hubiera manejado todas las negociaciones con las petroleras por encima de Ministros de Hidrocarburos y Presidentes de YPFB demuestra lo afirmado. El Presidente está facultado para destituir a sus colaboradores cercanos, pero debe explicar la causa de sus decisiones, a fin de no dañar la imagen de personas que merecen respeto, como el ex Ministro de Minería, Guillermo Dalence, o del ex cónsul general en Chile, José Enrique Pinelo. No es coherente pedir a los “Ponchos Rojos” que empuñen las armas (como hizo Alvaro García Linera) y celebrar nostálgicos homenajes al foquismo guerrillero, para después pedir respaldo a las FFAA, a las que, en teoría, se reconoce su papel fundamental en la vida nacional.
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