Vistas de página en total

lunes, 7 de diciembre de 2009

en tres líneas el Departamento de Estado de EEUU ha expresado su felicitación por las elecciones en Bolivia y el augurio de continuar el diálogo

Press Releases: Elections in Bolivia
Mon, 07 Dec 2009 12:43:31 -0600

Elections in Bolivia

Ian Kelly
Department Spokesman

Washington, DC

December 7, 2009


We congratulate President Evo Morales on his re-election and commend the Bolivian people and their electoral institutions for a peaceful and orderly voting process yesterday.

We look forward to working with President Morales and his administration to continue advancing the bilateral dialogue started by our governments earlier this year. The United States is committed to working with Bolivia to promote a more just, democratic and prosperous future.



PRN: 2009/1238

domingo, 6 de diciembre de 2009

texto: La Tercera de Santiago. gráfico ofrecido por Los Tiempos Digital


El Presidente Evo Morales ganó los comicios generales de Bolivia y logró la reelección con un apoyo superior al 60 por ciento, según los sondeos a pie de urna divulgados por tres cadenas de televisión.

El principal candidato opositor, Manfred Reyes Villa, de Plan Progreso BoliviaConvergencia Nacional (PPBCN) habría obtenido, según estos sondeos, un resultado de entre un 23 y 24 por ciento.

El cómputo de las elecciones generales en Boliviase inició tras ocho horas de votación como establece el código electoral, informó hoy la Corte Nacional Electoral de Bolivia.

"Después de las cuatro de la tarde (17.00 horas de Chile) se inicia automáticamente el cómputo. El primer reporte oficial de resultados se difundirá a las ocho de la noche (21.00 horas de Chile), informó el organismo electoral.

"Ahora se vota en base a la nueva Constitución, y es la primera elección de Evo Morales, porque mi gestión era de cinco años. Me quitaron un año. Es mi primera elección con la nueva Constitución que aprobó el pueblo boliviano", dijo.

sábado, 5 de diciembre de 2009

Bolivianos: No podemos votar por quién mata, corrompe, envenena al mundo con cocaína, niega a Dios, a su familia, a la sociedad boliviana.

Estamos en una hora de extraordinaria importancia. Solos ante nuestra conciencia y ante el futuro de nuestros hijos y de los hijos de éstos. Seamos responsables y consecuentes. No podemos votar por quién ha matado (más de 70 muertos en su gestión. Directa autoría de los asesinatos del hotel en S.C.) No por quién preside el Gobierno más corrupto de la historia (caso Santos Ramírez, negociados con tractores, comestibles, vehículos, compras sin licitación por millonarias cifras como nunca antes sucedió en ningún otro gobierno) No por quién promueve la más libre producción de coca, por ende de cocaína que envenena a la juventud del mundo empezando por jóvenes bolivianos entregados a la drogadicción) No votar por quién niega a Dios, a su Iglesia, a sus pastores, reniega de las tradiciones profundamente cristianas del pueblo boliviano y que utiliza las mismas para tu conveniencia de oportunista, inconsecuente con su pretendido ateísmo y pachamamismo. Les niega a sus hijos la pensión alimentaria, hasta cuando fue obligado por la Ley a pagarla con retroactividad de casi 10 años, no les ofrece el menor afecto y se niega a dotarles de una vivienda digna. No está interesado en la vida familiar y ocupa todo su tiempo en promover su egolatría, ir de salto en salto, agitando banderas que no son del pueblo boliviano como su fidelidad a Chávez por encima de todo.
Cuidemos bolivianos de no cometer el mismo error. Nuestro voto de hoy tiene que frenar tanto atropello, nos lo exige la conciencia cristiana, el amor a la Patria, el respeto por la familia y la humanidad!

aunque referido a la realidad argentina "sin Ley todo se puede" el editorial de La Nación le da en el ojo al gobierno ilegal de Evo Morales

Si el propio Gobierno no se somete al imperio de la ley, se corre el riesgo de que nadie se sienta esclavo de la ley. Si las autoridades no respetan las reglas del juego, ¿por qué debería el ciudadano común estar obligado a acatarlas?

Cuando se menciona reiteradamente la anomia en la que han caído los argentinos, no debe suponerse que se trata de algo genético, una enfermedad imposible de curar. Ese estado de anomia ha surgido, gradual y persistentemente, ante la despectiva actitud que las propias autoridades nacionales han evidenciado por la ley y las instituciones de la República. La Argentina de estos días es irreconocible respecto de sus momentos de mayor esplendor. Lo dicen los propios argentinos y lo confirman quienes observan el país desde el exterior.

Basta una mención rápida de los hechos que han llevado a esta encrucijada en la suma de los dos últimos gobiernos: la fenomenal distorsión del federalismo; la neutralización de los organismos de control; los avances del oficialismo sobre la independencia del Poder Judicial; la inacción del Poder Ejecutivo ante la ola de inseguridad que se abate en particular sobre los grandes centros urbanos, pero que se está extendiendo hacia zonas rurales; las famosas candidaturas "testimoniales" que constituyeron un fraude al electorado, denunciado de antemano; la incautación de los fondos de los afiliados a las AFJP; la delegación de los superpoderes en acto condenado por el artículo 29 de la Constitución Nacional; la prórroga constante de la emergencia económica después de siete años y a pesar de las invocaciones al supuesto éxito económico de las dos últimas administraciones; los escándalos ocurridos en contrataciones públicas; la abierta falsificación de las cifras del Indec, y el manoseo permanente del Congreso, al que ahora se amenaza, a raíz de la nueva composición que tendrá a partir del 10 de diciembre, con una seguidilla de vetos presidenciales.

Lo destacable es, además, que todo este manejo tortuoso, orientado a retener y ampliar el poder personal, tanto en lo político como en lo económico, ha merecido la repulsa ciudadana, expresada en los comicios del 28 de junio último. Por si algo faltaba agregar a la penosa e incompleta nómina de ítems precedentes, se ha desconocido el lenguaje de las urnas y hasta la propia investidura de la Presidenta, limitada a ser una suerte de portavoz de quien, en los hechos y desembozadamente, ejerce la presidencia de la República.

Hasta podría pensarse que es el propio Néstor Kirchner quien parece haber adelantado los comicios de 2011 y resuelto de hecho una fantasiosa sucesión presidencial. Desde esa perspectiva, la presunta voluntad "destituyente" que desvela al jefe de Gabinete en sus habituales escarceos verbales en los medios de comunicación ha sido asumida no por la oposición sino por el ex presidente Kirchner.

Nunca es tan oportuno como hoy recordar a las autoridades que, en una democracia, la legitimidad de origen debe afirmarse día tras día a través de otra legitimidad, la que sólo se adquiere con el ejercicio cotidiano del poder y el respeto por el contenido republicano del ordenamiento constitucional. Sin esta última legitimidad, el Gobierno se convierte en generador constante de confusión, desaliento y escepticismo. Así se degradan las instituciones y se cae en el descontento generalizado de la opinión pública, del que informan las encuestas conocidas ya por todos.