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martes, 7 de junio de 2011

Dejando atrás el miedo se ha elegido la esperanza. Sostiene L.T. en sereno análisis del triunfo de Humala en Perú por insignificante diferencia. La influencia de Chávez ha sido descartada


Las elecciones peruanas del pasado domingo pasaron sin grandes sorpresas, tal como estaba previsto; pues todas las encuestadoras peruanas –que ya tienen una bien ganada fama por la precisión de sus sondeos– lo pronosticaron. Ollanta Humala y Keiko Fujimori se repartieron equitativamente, casi voto a voto, el apoyo de sus compatriotas. Fue insignificante la diferencia, pero suficiente para que, poco después de clausurado el acto electoral, Ollanta Humala fuera proclamado y reconocido ganador.
Que ése haya sido el resultado final tampoco fue sorpresivo. Después del último debate, las distancias entre Fujimori y Humala comenzaron a achicarse, siete días antes se preveía un virtual empate y las últimas encuestas ya vislumbraban un estrechísimo triunfo, pero triunfo al fin, del candidato de Gana Perú.
Según los primeros análisis, el recuerdo todavía fresco de las atroces violaciones a los derechos humanos, la sistemática destrucción del precario andamiaje institucional y la descarada corrupción, rasgos que caracterizaron al régimen de Alberto Fujimori, fueron factores decisivos para que su heredera resulte derrotada.
Hubo también muchos factores que jugaron contra Humala, sin embargo, a diferencia de su rival, éste supo –porque contó con muy buen asesoramiento– cómo vencerlos o por lo menos neutralizarlos. Sus supuestas afinidades con el régimen de Hugo Chávez fueron las que más pesaron en su contra, pero finalmente consiguió que las acusaciones, en ese sentido, fueran vistas como simples actos de difamación y calumnia. Lo que explica, según algunos analistas, por qué Chávez está tan desprestigiado que, a diferencia de lo que ocurrió en Perú en 2006, ya pocos toman en serio sus afanes expansionistas aminorando su influencia en el escenario político regional.
Para viabilizar la candidatura de Ollanta Humala hasta hacerla vencedora, influyó también, y mucho, su marcha hacia el “centro” político y sus nuevas alianzas, así como el franco y abierto apoyo de Lula da Silva, primero, y Dilma Rousseff, después, como principales exponentes de la izquierda democrática en nuestra región. Brasil, que ya sin necesidad de disimulo ha asumido su rol de indiscutible líder sudamericano, dejó claro una vez más que el chavismo o cualquier otro proyecto hegemónico regional es sólo una ilusión que quedó en el pasado.
La experiencia e influencia brasileña también dejó claro, por si todavía hubiera hecho falta, que no es menos ilusoria cualquier intención de encarar el futuro con los estrechos criterios que hasta ahora guiaron los actos de las conservadoras elites económicas, políticas y sociales latinoamericanas, entre las que se destaca la de Lima –pues hasta Perú le quedó grande— por su falta de sensibilidad ante los problemas de su país y su tiempo.
Ahora que el pueblo peruano ha hecho su elección, sólo cabe esperar que los vencedores reconozcan los límites de su victoria; y los derrotados, aunque tarden unos días en asimilar su frustración, terminen por reconciliarse con la realidad. Y que unos y otros oigan el mandato que han recibido de su pueblo que, aunque votando por diferentes candidatos, ha coincido en dar la espalda al miedo y ha optado por la esperanza.

sábado, 4 de junio de 2011

nada menos que editorialmente LA NACION explaya argumentos del porqué Evo no será recibido por Cristina en una visita no deseada. en Cochabamba LT desinforma a la opinión


Martín Dinatale
LA NACION
Con un mensaje diplomático, la Argentina ayer respondió por partida doble al conflicto que se desató con Bolivia por haber recibido al ministro de Defensa de Irán, Ahmad Vahidi, que está prófugo de la Justicia y se lo acusa de ser coautor ideológico del atentado contra la AMIA. Por un lado, se suspendió una visita de Evo Morales, que estaba preparada para mediados del corriente mes, y, por otra parte, la presidenta Cristina Kirchner recibirá hoy en Venecia a su par de Israel, Shimon Peres.
Esto muestra que el pedido de disculpas que extendió el gobierno de Bolivia a la Argentina por haber recibido a Vahidi al parecer no fue suficiente para la Presidenta. Tampoco resultó satisfactorio para el Gobierno que la administración boliviana expulsara al funcionario iraní cuando conoció la queja argentina.
El conflicto con Bolivia creció en las últimas horas por el malestar de la Casa Rosada con Morales, que no hizo nada para detener al ministro iraní buscado por Interpol para ser juzgado en la Argentina por el atentado en el que murieron 85 personas.
Fuentes de la Cancillería y del kirchnerismo confirmaron a La Nacion que la visita de Evo Morales prevista para mitad de este mes quedó en suspenso. Según se supo, el presidente de Bolivia iba a reunirse con Cristina Kirchner para darle un respaldo electoral y, a la vez, iba a recibir una distinción de la CTA oficialista de Hugo Yasky y del líder piquetero Luis D'Elía. Pero nada de ello será posible por ahora.
"No hay clima para recibir a Evo [Morales] ahora", sintetizó un destacado funcionario del Palacio San Martín. La foto de Morales y su ministra de Defensa, María Cecilia Chacón, con Vahidi en Santa Cruz de la Sierra, más los compromisos de colaboración militar que Irán y Bolivia sellaron causó un fuerte enojo no sólo de la comunidad judía en la Argentina sino de Cristina Kirchner. El mismo lunes, la Cancillería se quejó a la embajada boliviana en Buenos Aires.
La respuesta a este altercado fue la carta que remitió de inmediato el ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia, David Choquehuanca Céspedes, a su par Héctor Timerman, en la que en nombre del gobierno boliviano le pidió disculpas a la Argentina por desconocer los antecedentes penales de Vahidi. Luego se expulsó al funcionario iraní. Pero ya era tarde. Interpol no lo detuvo, y la justicia argentina se perdió la oportunidad de recibir el testimonio de uno de los principales imputados en el atentado contra la AMIA.
La frialdad que la Argentina mostrará con Bolivia apunta a marcar un límite que Cristina Kirchner no está dispuesta a cruzar: es decir, sellar acuerdos con funcionarios iraníes acusados por la Justicia.
"La Presidenta está muy molesta con Evo Morales y evalúa exigirle una respuesta pública por haber recibido a Vahidi", expresó ayer a La Nacion el presidente de la AMIA, Guillermo Borger, como para que no quedaran dudas del clima que había en la comitiva presidencial en Italia. La comunidad judía esperaba ayer una respuesta dura de la Argentina y, al parecer, la obtuvo. La cancelación del viaje de Morales, por un lado, y la reunión con Shimon Peres, por otra parte.
Reunión en Venecia
El encuentro del presidente de Israel con Cristina Kirchner, que se hará hoy en Venecia, en medio de los festejos por los 150 años de la unificación italiana, fue pedido por el propio funcionario israelí, según se informó oficialmente.
La reunión de Cristina Kirchner y Peres se hará en el hotel Europa Regina, de Venecia, y según fuentes de la Cancillería, girará en torno al avance de Irán en América latina.También hablarán de una alianza de Israel con el Mercosur y la necesidad de que la Argentina designe en Tel Aviv a un embajador.
La comunidad judía ve con preocupación los acuerdos militares que Irán hizo en Venezuela, Ecuador, Brasil y Bolivia. Esto incluye desde la inauguración de escuelas militares, como fue el caso de Bolivia y acuerdos que exceden el ámbito militar y que apuntan a la explotación de uranio destinado a las centrales nucleares.
Timerman comentará mañana a su par de Bolivia el enojo de Cristina Kirchner en la reunión de la OEA que se realizará en El Salvador.

miércoles, 1 de junio de 2011

Desde Bs.As. informan que el Canciller Choque dijo que "el iraní fue notificado para abandonar Bolivia" está resultando el Canciller también mentiroso "no sabíamos..."

La Cancillería Argentina informó que el ministro Héctor Timerman recibió esta tarde en Roma, donde acompaña a la Presidente Cristina Kirchner en una gira oficial, una carta de su par boliviano, David Choquehuanca, para explicar la posición del gobierno de Evo Morales ante la polémica surgida por la visita de uno de los principales acusados por la voladura de la AMIA a Santa Cruz.

En el escrito, Bolivia pidió disculpas y aclaró que “lamentablemente” la invitación fue cursada por funcionarios del Ministerio de Defensa que desconocían "los antecedentes correspondientes a este caso".

“Ante este lamentable incidente, en nombre del gobierno de mi país deseo valorar de sobremanera la cooperación que el gobierno argentino, a través de su persona, ha tenido a bien realizar, con el propósito de superar esta lamentable situación, que si bien constituye un grave incidente, el mismo debe ser atribuido únicamente al desconocimiento en ciertos niveles de las circunstancias de la invitación cursada y bajo ningún aspecto es un acto de agravio, que pudiera afectar el excelente nivel de los relaciones”, indicó el escrito.

Además, el canciller boliviano informó que se tomaron “las previsiones correspondientes” para que el ministro de Defensa de Irán, Ahmad Vahidi, “abandone de inmediato el territorio boliviano” y de esa forma mostrar con claridad que “Bolivia no desea interferir respecto a procedimientos que pudieran existir en torno a la situación jurídica de dicha persona”.

“Deseo manifestarle a nombre del gobierno de Bolivia mis más sentidas disculpas por el motivo anteriormente citado, que mucho le agradeceré pueda hacer conocer a los mas altos instancias del Gobierno argentino para los fines consiguientes”, completó el escrito oficial.
La agencia AFP consignó esta noche que Vahidi participó de un acto en la Escuela Militar de Aviación de Santa Cruz de la Sierra y se esperaba su presencia en otra ceremonia, pero no asistió y dejó el territorio boliviano.

La polémica

En el día de hoy el ministro de Defensa de Irán llegó al altiplano invitado por su par boliviano. Participó de un acto oficial y hasta fue saludado por el propio presidente Evo Morales.

Se esperaba su presencia en un segundo acto -la inauguración de la Escuela de Defensa de los Ejércitos del ALBA-, pero el espacio de honor para el iraní quedó vacío, según mostraron imágenes de la televisión estatal boliviana.

Vahidi es uno de los principales acusados de idear el atentado a la AMIA en 1994, por lo que su llegada al vecino país despertó la alarma del fiscal Alberto Nisman, quien le pidió a Interpol que detenga al sospechoso. Además, la DAIA y la AMIA manifestaron su profunda preocupación por esta visita, a la que consideraron como un gesto de provocación.