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jueves, 15 de noviembre de 2012

Karen Arauz toca como siempre asuntos interesantes y varios. de ellos la situación en Argentina es quisquillante para los masistas que se ven identificados con Cristina. Karen no menciona que en ocasiones anteriores la solución fueron "los piquetes asesinos" que por cierto también vinieron al Febrero Negro.


Los argentinos, que hacen gala de su agilidad mental cuando de piropear a una mujer se trata o como eternos ganadores de la creatividad publicitaria, amén de lo mal hablados que son, han tenido en su movilización denominada 8 N, una de las mejores vitrinas para exponer sus pericias. Los carteles alusivos a su descontento con KK (corto para Cristina Kirchner) los ha superado a sí mismos.
Es que la desenfrenada corrupción en ese país desde la asunción al poder de los Kirchner, ha colmado la medida de los normalmente pacíficos y aguantadores argentinos cuyos altos índices de inseguridad están alcanzando guarismos nunca imaginados. El oficialismo, como buen pseudo socialistas del Siglo XXI, ha intentado disimular el batacazo que esta demostración le ha propinado a las aspiraciones prorroguistas de la presidente. El estribillo de intentos golpistas de la clase media alta en combinación a las fuerzas malignas llegadas del imperio, retumba por el mundo con un sonido más hueco que las miles de cacerolas vacías, símbolo de la protesta antigubernamental en la Argentina.
El común denominador de estos gobernantes hasta hace poco de gran boga, es su similitud con las avestruces. Ante lo no deseado, ocultan la cabeza en la arena en el entendido de que lo que ellos no ven, no existe. Claro, como las pobres avestruces, no se dan cuenta del ridículo espectáculo que da verlos con la cabeza enterrada y el trasero al aire. No es claro hasta dónde esta lógica de negación de lo obvio, es una buena estrategia. A Cristina Kirchner no le está yendo muy bien. Es más, la amenaza que pende sobre los medios independientes con la aplicación perentoria de la nueva ley de medios sobre todo dirigida a Clarín de fatal ejecución para el 7 D (diciembre), debe tener más nervioso al gobierno que a los amenazados.
Es que por más que se resistan a reconoce públicamente la constatación de los mensajes de la calle, en su intimidad, les debe roer la chispita del miedo y la inseguridad. Porque ignorar a más de un millón de personas gritando lo mismo, tiene que ser un esfuerzo formidable. Las redes sociales que se husmea para articular la primavera sudamericana es imparable. Y mientras más se esfuerzan por controlarlas, más urticante es la reacción popular.
Lo único que hace que estos gobiernos mantengan el equilibrio es que la gran crisis europea, hace que la bonanza en ciertos países de América Latina, se vea más pletórica de lo en verdad es. Porque si preguntáramos por qué el cepo cambiario en la Argentina, otrora gran exportador de alimentos al resto del mundo y por qué un país otrora productor de diesel, de grandes reservas de gas y otros hidrocarburos como Bolivia, tiene presupuestado mil millones de dólares para subvencionar y seguir importando de Venezuela. Hay una historia que está siendo mal contada y ronda la sospecha sobre la paupérrima gestión en estos Estados.
Claro que para sofocar los grandes interrogantes, existe el populismo, la demagogia y el prebendalismo. Todo ello mediáticamente muy bien orquestado, tratando constantemente de: o hacer ofertas difíciles de rehusar de compra de medios privados o, amedrentar sistemáticamente a los que no dejan que las cosas se vean con el cristal que ellos desean que sea mirado.
En Bolivia, un recurso para el cabal conocimiento de la realidad del país, como debería ser el censo de población y vivienda, también polariza a la ciudadanía debido a que la desconfianza está presente en todos y cada uno de los actos del gobierno. Como un verdadero Estado policiaco, los bolivianos estamos todos condenados a una detención domiciliaria de 24 horas, bajo amenazas hitlerianas, pretendiendo con eso, tapar la improvisación y deficiencia en la planificación que se está demostrando claramente. Por mucho que encierren a la población, las imperfecciones están a la vista y los móviles encriptados se están dejando traslucir. El discurso sobre desvivirse por la protección a los sectores pobres y desprotegidos de la ciudadanía, se van por la alcantarilla cuando se decreta de necesidad del Estado la construcción de un nuevo palacio gubernamental y un edificio para la Asamblea Plurinacional que seguro no sólo sobrepasaran las normas sino que además, serán mamotretos de insultante despilfarro y mal gusto en el medio del casco histórico de la sede del gobierno.
Un grupo de dudosa legitimidad y cero legalidad, ha anunciado que actuarán de muto propio contra violadores y ladrones imponiendo sanciones absolutamente fundamentalistas y contrarias a nuestra leyes y códigos jurídicos. Esto se está convirtiendo en una serie de garitos donde cada cual hace lo que le da la gana, con conductas barbáricas ante la total indolencia de los gobernantes que solo calculan su accionar en términos de sus intereses particulares y su aberrante apego al poder a cualquier precio.
Eventualmente se armará la gorda señores. Los tapa ojos que se usa para que los caballos no se distraigan y solo miren al frente, tienen una utilidad momentánea. Parafraseando a un analista argentino: dejen el micrófono, pónganse los audífonos o aténganse a las consecuencias.

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