Contra todas las apariencias, y a pesar del creciente despliegue publicitario que haría suponer que el Día del Padre goza de gran popularidad en nuestro país, los hechos indican que la realidad es muy diferente. Es que en muchos hogares bolivianos, que no son pocos, el 19 de marzo es una fecha en la que el principal motivo de la celebración está ausente. Eso ocurre porque en nuestro país es muy frecuente la paternidad irresponsable, por lo que, a diferencia de lo que ocurre con el Día de la Madre, el festejo de hoy suele ser menos entusiasta.
No es menos cierto, felizmente, que hay cierta tendencia a la superación de ese fenómeno y es cada vez más frecuente la participación activa de los hombres en las tareas relacionadas con la manutención, educación y protección de los hijos. Se trata, sin embargo, de un proceso de aprendizaje colectivo muy lento, por lo que además de los esfuerzos individuales hace falta la adopción de políticas estatales encaminadas a fomentar la paternidad responsable y desalentar la que no lo es.
Algo se ha hecho en ese sentido durante los últimos años, pero sin duda no lo suficiente. Como que tan importante tema está todavía lejos de figurar entre las prioridades de las políticas oficiales. Muy por el contrario, declaraciones como la del Primer Mandatario en sentido de que en Bolivia habría que prohibir que los hombres usen condones, o de un diputado del MAS que propone castigar con impuestos a quienes no tengan hijos, son muy elocuentes muestras del lugar que el tema ocupa en la mente de nuestros gobernantes. (LtD)
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