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sábado, 2 de noviembre de 2013


brutal decisión de Evo. tercera elección

no se da cuenta acaso que viola la CPE, su propia promesa y el orden. Manfredo Kemppf

Sabemos todos que ha sido descarada la manera cómo el Gobierno decidió burlar la Constitución para lanzar a S.E. a la re-relección. El tercer período consecutivo está expresamente prohibido en la Carta Magna, sin embargo, sin mucha resistencia y con pocas protestas, los opositores han aceptado el atropello. 

“Si el MAS lo ha decidido así, si esa es su interpretación, qué podemos hacer”, parecería que ha sido la dócil actitud de la oposición.Lo cierto es que esto de la re-relección es lo que más debería importarnos a los bolivianos por las connotaciones que tiene. Simplemente se está haciendo la vista gorda a una violación constitucional que nos va a llevar a la dictadura. Ya lo anunció el MAS: quiere a S.E. en el poder por lo menos hasta 2025. 

Aquí no existe sorpresa alguna, S.E. ha puesto sus cartas sobre la mesa, descaradamente, mostrando un póquer de ases del mismo palo, es decir tramposo. Y con eso está echando en su bolsa todo lo que había apostado mucha gente decente que todavía tenía esperanzas en nuestra democracia.
Donde la democracia es débil –Venezuela, Ecuador, Nicaragua, Bolivia – es posible que sus mandatarios armen su póquer fullero del mismo palo. 

En Colombia, Uribe, un gran presidente en una gran nación, se tentó por un tercer período, pero la democracia colombiana le dijo que no y él no insistió. Al parecer, los argentinos se lo han negado también a la señora Kirchner, el domingo pasado. En Bolivia, donde cunde la ignorancia, donde hay alfabetos que no entienden lo que leen, el terreno es fértil para la mentira. En vez de proteger el sistema de derecho, por malo que sea, la gente se babea con el satélite Tupac Katari y con grandiosos anuncios nucleares, y así S.E. aparece como un semidios insustituible.

Tiene absoluta razón Tuto Quiroga para recurrir a las instancias internacionales en defensa de este sistema político moribundo, porque internamente, con la justicia en manos del Ejecutivo, todo reclamo es vano. Y tiene razón Quiroga cuando afirma que los masistas se aferran al mando porque les espanta perderlo, debido a que saben lo que les espera si dejan el poder y con ello la manipulación de la justicia. Sus propios fiscales los condenarían sin clemencia. No obstante, la carrera electoral ya está lanzada con un caballo ganador de antemano. La oposición no tuvo más remedio que aceptar unas reglas de juego adversas y lamentablemente tendrá que olear y sacramentar un bluf.