Vistas de página en total

viernes, 30 de octubre de 2015

se refiere el antropólogo a los diversos asuntos de la temática oficialista,el ágape en NY al costo de mediomillón de dólares malgastados y que sirvieron más bien para mostrar las contradicciones del régimen graficadas por la presencia de Humberto despojado de sus bienes en beneficio de BOA, y de Jacob al que despellejaron "los abogados de Evo bajo directivas oficialista" y no podía faltar la caída del puente en la llajta. Estremadoiro se divierte en el armado del rompecabezas


Ojalá que el encebollado ecuatoriano, los porotos con rienda chilenos, el ceviche peruano, la feijoada brasileña y la torta neoyorkina no sean indigestos para las relaciones con países importantes
En Tiquipaya causó revuelo la declaración del presidente Correa, apoyando la demanda marítima boliviana. Fue encebollado ecuatoriano que se agrió en Santiago, cuando el guayaquileño tuvo que tragar un plato de porotos con rienda y asegurar “que nunca apoyó salida soberana al mar para Bolivia por Chile”. Así fuera desmentido para aplacar airados reclamos chilenos, o para quedar bien con Dios y con el diablo, lo penoso es que la diplomacia nacional ignora líneas de fuerza de la geopolítica latinoamericana, quizá estancada en el siglo 19: un país vecino es un enemigo potencial, y otro es tu amigo en tanto colinde con tu adversario pero sin frontera con el tuyo. Tanto más si Perú se cobró Tarapacá y Arica a costa de Ecuador.       
Hoy en día Chile y Perú pelean por un triángulo exiguo de territorio en la frontera común: la Línea de la Concordia en el sinuoso lenguaje diplomático. ¿Y el reclamo por un corredor soberano de acceso al mar al norte de Arica? La diplomacia de Torre-Tagle en Lima no se avendrá a ceder los derechos perpetuos que tiene Perú en Arica: un muelle con espigón y todo, el ferrocarril Arica-Tacna. ¿Será que construyen un túnel de nunca acabar como el de Misicuni, o un viaducto que ceda como el de la ‘llajta’? Ahí se verá el zapateo de la hermandad de los dos aliados de 1879, en cueca boliviana versión peruana previa a degustar un ceviche marino binacional en Ilo.   
Brasil sigue en el zarandeo de lavar la corrupción de su sistema político, al tiempo que parece haberse detenido el avance de su crecimiento económico. Es el tironeo entre el orden y progreso del lema positivista que adorna su bandera. Sin embargo, ¿qué pasará si su podredumbre contagió al orden político boliviano, de por sí nada impoluto? Porque hubo nomás un eje Brasilia-La Paz, o por lo menos Lula-Evo. Es feijoada que de servirse fría, sería comer cerdo y frijoles que serían dañinos en la altura altiplánica.
Tampoco se anda de ñañas con el “imperio”. Quiero decir que las relaciones de Bolivia con Estados Unidos no son un “derroche de amor, cuánta locura”. La primera quincena de septiembre la Embajada de EEUU mandó una nota. Aunque fuera mediante chasqui que se lustró los zapatos en la plaza Murillo, no tomaría más de media hora en llegar a la Cancillería.
Proponía la visita del Subsecretario Adjunto de Estado para asuntos del Hemisferio Occidental para el 16 a 20 de noviembre, y relanzar la Comisión Conjunta Bolivia-Estados Unidos establecida en 2011. El vicecanciller nuestro quizá estaba de viaje y el Canciller tal vez presidía la preparación de  “tanta’guaguas”  para el  “Mastaku”  que compita con Halloween. El Ministerio de Relaciones Exteriores no respondió y los gringos cancelaron la visita. Bolivia quiere inversionistas, pero las relaciones bilaterales siguen en limbo.     
Ningún humilde ‘ajtapi’, dio para alta  “cuisine”  el malgasto de casi medio millón de dólares en un evento en Nueva York para motivar inversiones en Bolivia. Imagino que con whisky etiqueta azul preferida por el socialista del siglo XXI, se contrató al Financial Times para organizar el ágape, ojalá marcando un cuarto de conversión del régimen hacia el capitalismo. Evoca algo que dijera Deng Xiaoping, que despertó a China de la pesadilla comunista con su “no importa el color del gato, sino que cace ratones”.
Quizá luego que el dinero pactado fuera abonado en su cuenta, el organizador se desmarcó del objetivo del evento al remarcar contrasentidos de invertir en Bolivia. Fueron cerezas en torta que indigestó a cualquier potencial inversionista del blablá socialista y canapé capitalista. La torta fue aderezada por Roca y Ostreicher, víctimas del doble discurso gubernamental. El uno, un empresario de adentro dañado por un interés oculto del Gobierno: anular rivales de la aerolínea estatal. El otro, un capitalista de afuera asaltado por pillos con la consigna de ‘pelar al gringo’.
Quedó un doble consuelo: festejar a Evo Morales sentado más tiempo en la silla presidencial, y celebrar su cumpleaños en la capital del mundo capitalista, sin mixtura que arruine el peinado, guirnaldas que irriten el cogote y platos desbordantes que hay que acabar. Medio millón de verdes es poca cosa para un malgasto más, así se resquebrajen techos de escuelas, sobren sanitarios cubanos y falten hospitales, en un país con todo deficiente en tanto la  ‘coimisión’ reste calidad a las obras. Quizá eso pasó en viaductos  “c’ochalas”  de buen hormigón y débiles tensores. Como en el país se invierte en satélites y no en balanzas de pesaje, quizá fue un bus cama lleno de gente ahíta de pollo frito que hizo ceder tirantes del viaducto. Quieren derruirlo ahora, algo como asfixiar a un bebé con tos de ahogo en vez de ponerle una inyección.
Ojalá que el encebollado ecuatoriano, los porotos con rienda chilenos, el ceviche peruano, la feijoada brasileña y la torta neoyorkina no sean indigestos para las relaciones con países importantes, de por sí tirantes como los tensores del viaducto cochabambino que cedió. ¿Y si deriva en diarrea infecciosa que no cura ninguna pócima naturista de yatiri? Mientras tanto, queda la resaca del medio millón de verdes malgastados en Nueva York y la tirantez de las relaciones con países importantes para Bolivia.

viernes, 23 de octubre de 2015

Carlos Sánchez desde el Diario Las Américas de USA reflexiona sobre la libertad de expresión. nos refiere lo que está pasando en países como Bolivia, Ecuador, Venezuela donde los regímenes al mando se apoderan de sus medios para uniformar la noticia y acomodarla a su capricho.

La violación de la libertad de prensa para subordinar y controlar la opinión pública en los países sin democracia, se enfoca ahora a la simulación de libertad de prensa.  Usando el control de los medios de comunicación que ya han consolidado y haciendo funcionar la censura y autocensura que han logrado, los gobiernos del socialismo del siglo XXI se han dado a la tarea de determinar institucionalmente qué y cuál es el “periodismo responsable” que ejerce en los espacios de “libertad” que el régimen les deja o permite.  Estas acciones son una prueba más de la existencia de regímenes dictatoriales que hace tiempo terminaron con la libertad de prensa, porque no hay libertad a medias.
La libertad de prensa tiene por lo menos dos componentes que son “el derecho y las garantías de todo ciudadano para la edición de medios de comunicación” y “que los contenidos de sus publicaciones no sean controlados ni censurados por el gobierno o el Estado”.  La libertad de prensa está fundada en la “libertad de expresión” que es un derecho humano consagrado por el Artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos que establece que “todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”.
La libertad es “un valor superior que asegura la libre determinación de las personas”, es la “facultad natural que tiene el ser humano de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos”.  Por eso simplemente no hay libertad cuando desde el gobierno o desde el estado, se limitan la opinión y la expresión, se controlan y presionan a los periodistas y a los medios de comunicación, se establecen contenidos, se prohíben temas, se fijan premios y castigos, se ponen condicionalidades, o peor se dictan leyes violatorias del derecho de opinar, de disentir o de pedir explicaciones.
Terminar con la prensa libre y sustituirla por una prensa controlada es esencial para los gobiernos no democráticos, sobretodo cuando estos pretenden permanecer indefinidamente en el poder como en Cuba, Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua.  La libertad de prensa comprende el derecho de indagar e investigar, supone la posibilidad de ejercer y reclamar transparencia, es en si misma garantía de que los derechos fundamentales de las personas están protegidos frente al gobierno por el poder de la opinión pública.
La democracia, para proteger la libertad y por lo tanto para preservarse a sí misma, tiene mecanismos institucionales de defensa como la separación e independencia de los poderes públicos, el estado de derecho, la alternancia en el poder, el control jurisdiccional y constitucional, el respeto a las minorías, la posibilidad de denunciar, investigar y enjuiciar a los altos dignatarios y funcionarios públicos, la obligación de rendición de cuentas, etc. Cuando estas defensas institucionales son avasalladas o destruidas, quedan solo dos trincheras de defensa de la libertad, que son la prensa libre y la opinión pública.  Cuando un gobierno controla o termina con la estructura institucional y emprende contra la libertad de prensa,  tenemos ya una dictadura en ejercicio.
La agresión de la prensa libre  en el socialismo del siglo XXI comenzó con la apropiación indebida, confiscatoria y extorsiva de medios de comunicación; avanzó con la persecución, despido, prisión, exilio y hasta asesinato de periodistas;  se ejecutó con el reclutamiento de gente de prensa que hoy tiene altos cargos en los gobiernos dictatoriales; se asentó con la restricción, no renovación y monopolio de licencias de medios de comunicación; se institucionalizó con “leyes mordaza”; se expresa con el control de la publicitad estatal y las condicionalidades de censura para recibirla; se ejecuta con saturación cadenas oficialistas frente a la imposibilidad ciudadana y de oposición; se demuestra –entre otras cosas- con los “nuevos dueños de medios de comunicación”, con la manipulación de los procesos y resultados electorales, y con el encubrimiento a la corrupción que protege a los gobernantes y  nuevos ricos que son directa o indirectamente los nuevos dueños de periódicos, redes de televisión y de radio. El objetivo actual es el control del internet y de las redes sociales. Cualquier ciudadano de los países ocupados por el socialismo del siglo XXI puede aportar mas de un ejemplo.
 Ya en control de los medios de comunicación en sus países, los gobernantes no democráticos del Cuba, Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua trabajan ahora en el establecimiento de una “imagen de libertad de prensa”,  en lo que han denominado “periodismo responsable” que pretende representar a una actividad acotada, subordinada,  de asustados, sin libertad y que solo aspiraría sobrevivir a la dictadura. Es solo una mentira más, un sofisma dictatorial, porque no hay libertad de prensa a medias.
*Abogado y Politólogo. Director  del Interamerican Institute for Democracy

miércoles, 21 de octubre de 2015

el aeropuerto de la droga, que le da a Bolivia segundo puesto a nivel mundial. dejó de ser Chapare el destino turístico, la producción alternativa débil, disminuída, inexistente casi, los21 mil pobladores de Chimoré por encima de los 800 mil potosinos que claman por el beneficio de aeropuerto propio.Karen no repara en adjetivos para mostrar que "los dados están cargados", por desgracia.


CON LOS DADOS CARGADOS

Karen Arauz

A la carga se lanzaron el Presidente, el Vice y el gabinete ministerial en pleno, flanqueados en masa por toda la administración del gobierno a la campaña por el SI. Los dados, cargados, están rodando. No es un secreto -ni hay manera de soslayar- la absoluta desigualdad que enfrenta la ciudadanía que NO quiere el asalto a la Constitución mediante la reforma de un artículo, que derive en la re-re-re elección de los actuales mandatarios. Porque si bien el final de este intento recién se verá en las efectivas elecciones de 2019, el masismo de ganar el referendo de febrero, tendrá la oportunidad por cuatro años de continuar usufructuando de los fondos y bienes del Estado -por ende de todos- en esta perenne campaña demagógica, populista, abusiva e inmoral. Por los próximos cuatro meses, nadie se ocupará de lo que de verdad importa. Las poleras, los viajes, las bandas, las dádivas y el abuso indiscriminado de los medios de comunicación en la patológica misión de no dar el más mínimo chance a la autodeterminación de los NO, amenaza con poner a todo el país en criminal pausa.

Si la asimetría estuviera basada en debates o aunque fuera, en una aproximación responsable a una conciliación de modo que sean los bolivianos los que en plena libertad se expresen, otra sería la historia. Pero estamos viviendo una época en la que son las lacras morales las que marcan, -siempre en su beneficio- las normas y las leyes por donde con toda la intimidación que conlleva esta apropiación obscena de todos los poderes del Estado, intimida a las personas. La imposición de las pautas que esgrime el oficialismo como aberrante "clamor popular" está dejando sin alternativas a la ciudadanía para quienes la democracia es un valor y un derecho conquistado como su opción de vivir en libertad.

El oficialismo no tiene límites en su ambición de perpetuarse. Hasta ahora, ha sido muy efectivo sobre todo a la hora de imponerse por encima de sus mismas disposiciones con dudosa legalidad. A estas horas, el segundo aguinaldo que imponen, está causando gran inquietud entre las empresas que no son parte del supuesto crecimiento de más de 4.5%. La posibilidad de que esta imposición ocasione quiebras, cierres y despidos, le tiene al gobierno, muy sin cuidado. Mientras sea gente que se vea obligada a retribuir semejante generosidad sin futuro, -como acostumbra con plata ajena-, son votos, con olor a prebenda, pero votos al fin. Este modo irresponsable de administrar al Estado, es lo que está cargando la tinta de la destrucción de empleo y masiva migración a la informalidad.

La extraordinaria bonanza de precios internacionales de la década que está terminando y que Morales tuvo la suerte que sucediera en sus sucesivos tres períodos, está empezando a minar el blindaje que los ingentes ingresos le dieron al país. Una ilusión óptica de que estábamos bien plantados ante la adversidad económica mundial que ya llegó.  Pero comprar inmortalidad -intuimos- hace traspasar fronteras y amerita una cuidadosa organización interna que por supuesto, ni acepta ni respeta límites.

China, acaba de concesionar un crédito a Bolivia, por siete mil millones de dólares. El gobierno masista no entiende por qué los que optan por desafiar a sus designios de aceptar y callar, no están dando volteos de satisfacción. Ya los especialistas se están ocupando de argumentar el por qué. Pero es fácil imaginar que si en vez de ese crédito que involucra a varias generaciones por venir, fuesen inversiones en desarrollo productivo, todos estaríamos bailando. Al igual de lo que le sucede con su primera tarjeta de crédito a un adolescente, el descubrimiento posterior de que los créditos no son magia y que hay que pagarlos, es el primer shock de realidad. Pero éste no es un gobierno adolescente. Simplemente es irresponsable y por último, por ahora, hace lo que le da la gana.

Está fresca la inauguración de un aeropuerto en el trópico de Cochabamba,  zona que le da a Bolivia el deshonroso segundo lugar en la fabricación de cocaína del mundo.  Gracias a la acción depredadora de sus grandes bosques por parte de los cocaleros, el Chapare ya ni siquiera es un destino turístico importante. En cuanto a producciones alternativas, -perdón la incredulidad-, no me imagino un avión Hércules transportando toneladas de bananas a la Argentina. El Sillar se seguirá derrumbando cada época de lluvias. ¿Serán eventuales puentes aéreos la motivación que tuvieron para tan millonaria construcción, pero tan sin sentido? Y por supuesto, el avión de jeque que usa el ex humilde cocalero para deslumbrar a sus huestes,  hoy encumbrado como rey chiquito, tendrá el marco apropiado para ser apoteósicamente recibido por los veinte mil habitantes del sector.

Mientras tanto, los ultrajados mediáticamente como viles traidores, aquellos que votarán por el NO, seguirán aguzando el ingenio por la necesidad de ser voz y hacerse oír.  Y todos sabemos que la necesidad tiene cara de hereje.
Karen Arauz


martes, 13 de octubre de 2015

devela El Día la curiosa forma del Gobierno del MAS de pretender "defender la ecología y la madre tierra" cuando en la realidad nuestros parques, rios y bosques están a merced de los piratas. es tan sólo "folkore" que le está haciendo daño a Bolivia

Nadie debería protestar por los altos costos de la organización el Rally Dakar en Bolivia. Más bien tendríamos que sumarnos a la idea de traer el Miss Universo, como alguna vez se prometió y a eso agregarle festivales y todo tipo de jolgorios.  Cualquier cosa, menos cumbres como la que se ha estado llevando a cabo en Tiquipaya, donde hubiera sido mejor continuar con el discurso de los pollos y las hormonas, mucho menos dañino que seguir machacando con la cantaleta de la guerra al capitalismo.
A estas alturas ya todos deben saber que eso no es nada más que palabras, pues el mercantilismo, la cara más dura y primitiva del capitalismo, sigue con excelente salud en el país, donde convive con el capitalismo de estado, el capitalismo de amiguetes, a los que se les permite incluso incursionar en terrenos ilegales y por supuesto, el capitalismo que practican las grandes multinacionales a las que el gobierno boliviano no sabe qué ofrecerles para que vengan a invertir en nuestro territorio.
Otro tanto de los que escuchan esas sabrosas arengas que hacen chillar a la platea tercermundista y que  inundan los sistemas de información planetarios, ya deben conocer las profundas contradicciones entre el discurso anticapitalista y el particular modo de entender el ambientalismo en Bolivia, donde se ensalza el extractivismo como sinónimo de progreso y se vilipendia a los parques y reservas naturales, porque supuestamente son un invento del imperialismo que nos niega el derecho a progresar como lo hicieron las grandes potencias hace más de 120 años.
También debe haber algunos sorprendidos por esa forma de ver las cosas, en un mundo que está girando hacia las energías alternativas, impulsadas precisamente por un capitalismo moderno que ve cómo el petróleo va perdiendo terreno. Al menos se ve raro a “socialistas” alzando viejas banderas capitalistas cuando los contrarios comienzan a tomar conciencia de que hay que cambiar de rumbo y además todo “lo verde” se vuelve un gran negocio, muy útil para países como el nuestro, que tienen mejores oportunidades de surgir en el sendero de la sostenibilidad.
Todo es parte de una pose, pero una actitud que le cuesta muy caro al país, pues hay capitalistas que se toman en serio las amenazas y eso se traduce en la caída de las inversiones extranjeras y en la negativa de las grandes empresas a incursionar en el país. La mentalidad que buscamos sostener a rajatabla nos impide reformar de una vez por todas leyes que no nos sirven más que para respaldar el palabrerío, pues por debajo de la mesa buscamos tranzar y convencer en vano, pues el que invierte y arriesga necesita seguridad jurídica.
De la boca para afuera defendemos la ecología y la madre tierra, pero en realidad nuestros parques, ríos y bosques están a merced de piratas habidos y por haber, hecho que nos impide diseñar verdaderos proyectos de aprovechamiento de la naturaleza, como lo están haciendo países que saben sacarle provecho a la riqueza genética, al potencial científico y la inmensa biodiversidad tan apreciada y bien pagada en el mundo. En conclusión, ese discurso es mucho más que folklore. Se trata de una postura muy dañina que deberíamos cambiar.
De la boca para afuera defendemos la ecología y la madre tierra, pero en realidad nuestros parques, ríos y bosques están a merced de piratas habidos y por haber, hecho que nos impide diseñar verdaderos proyectos de aprovechamiento de la naturaleza, como lo están haciendo países que saben sacarle provecho a la riqueza genética, al potencial científico y la inmensa biodiversidad tan apreciada y bien pagada en el mundo.

sábado, 10 de octubre de 2015

interesante información de LT, casi el 70% de la población no conoce otra forma de Gobierno que la Democracia.. que hace 33 años dijo basta a la dictadura y estableció un pacto que se ha cumplido. nunca más a los regímenes de facto. mucho ha sucedido, pero falta mucho por hacer siempre bajo el sistema democrático. tareas inconslusas,participación ciudadana, contra la corrupción y nuevas estrategias que plantea el mundo globalizado. excelente texto OK, LT

Alrededor del 67 por ciento de la población boliviana tiene entre 0 y 33 años de edad y, para su beneficio, no conoce otro sistema de organización estatal que el democrático. Probablemente una mayoría de esos jóvenes, hombres y mujeres, no tiene mayor información ni conocimiento del tiempo de las dictaduras militares y muchos deben sentir descontento en cómo funciona el actual país. Incluso no deben faltar quienes creen que otra forma de organización estatal podría ser mejor.
Es por esa razón que es preciso recordar que el 10 de octubre de 1982 el país optó por el sistema democrático y su indispensable corolario de respeto pleno a los derechos de las personas. Así se inauguró una etapa que, felizmente, sigue vigente y en la cual ha sido posible que se sucedan en el ejercicio del poder partidos y propuestas ideológicas diametralmente opuestas y que las corrientes autoritarias (enamoradas de los procesos políticos del socialismo real o de experiencias militares dictatoriales) deban adecuarse –no sin dar gruesos sustos– a ese marco democrático para concretar su vocación de poder.
En este tiempo y pese a las crisis económicas y políticas que se ha sufrido se ha avanzado mucho en el desarrollo del país, como demuestran los datos objetivos de las estadísticas sociales (salud, educación, vivienda), reducción de brechas, incorporación de sectores poblacionales tradicionalmente excluidos de los niveles de decisión y en la institucionalidad estatal y, particularmente, de la defensa de la ciudadanía frente al Estado. Pero, al mismo tiempo, se puede constatar que falta aún mucho por hacer y que es muy fácil desarticular e incluso derruir lo creado con tanto esfuerzo y compromiso.
Es decir, no es poco lo que se ha hecho en este lapso y sus actores, superando las mezquindades de la política sectaria y los impulsos milenaristas que tanto arraigo tienen, merecen nuestro homenaje y reconocimiento.
En este sentido, rememorar el 10 de octubre de 1982 debe servir para ratificar nuestro compromiso con el sistema democrático y el respeto al Estado de derecho, mecanismos (probablemente los únicos que hasta ahora se conoce) que permiten poner límites al ejercicio del poder en favor de una ciudadanía que ha dado reiteradas muestras, incluso en momentos de generalizada confusión, de su adhesión democrática.
Ese compromiso exige, como ya se ha señalado, completar tanto las tareas inconclusas de construcción de la institucionalidad democrática, como generar nuevas iniciativas de participación  ciudadana que al mismo tiempo que consolide el sistema supere muchas de sus falencias como, particularmente, la separación entre el Estado y la sociedad, una clara política de lucha contra la corrupción y el diseño de estrategias integrales para responder a los desafíos contemporáneos con mayor equidad en el mundo globalizado en que nos ha tocado vivir.
Todo ello sabiendo que una de las bases fundamentales para que avancemos como lo hemos hecho es la decisión del pueblo boliviano de adoptar el sistema democrático, bajo el que siempre ha vivido alrededor del 67 por ciento de nuestra población.