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miércoles, 25 de mayo de 2016

si se compromete a resarcir los danos y perjuicios, el lucro cesante y el dano emergente Evo Morales puede convocar a otro referendo y pagar la enorme suma que cuesta una consulta de ese tipo, innecesaria, absurda, porque el pueblo, el SOBERANO ya votó y esto lo sabe todo el mundo, le dijo NO A EVO. el originario lo sabe de memoria...es que tanto es su temor a la cárcel!!!


 A SU CUENTA Y RIESGO



La feroz arremetida oficialista necesita convertirse en la madre de todas las batallas.  Las circunstancias hace que no debamos caer en la histeria de la que hacen gala los oficialistas, que llegaron al paroxismo en las intervenciones públicas del Ministro de la Presidencia.
Que los requiebres amorosos del Presidente y las ridículas contradicciones de los múltiples voceros cuyo servilismo solo logró hundirlo más, sea la causa de su fracaso en el referendo de 21 F, es un golpe letal que se han infringido ellos mismos. En el fuero interno, en ese espacio solitario de íntimo pensamiento entre la cabeza y la almohada, se decidió mucho antes del drama del hijo que existe pero que no vive.  Casi nadie deseaba darle a Evo Morales una prórroga en el ejercicio del poder. Y día que pasa se afianza esa convicción.
Los códigos que la administración hizo añicos desde sus comienzos, fue como esa tortura china ( sin sarcasmos) de la gota persistente y constante sobre el centro mismo del cerebro. No hubo una sola acción del gobierno -por muy positiva que pareciese- que no haya traído una sensación primero y una certeza después,  de desagrado y gusto amargo de ocultas segundas intenciones. Los seres humanos tienen una gran facilidad para ir sumando golpes en su autoestima. Pero  llegan los límites hasta para la capacidad de soportar insultos. Es preferible saber que se es loco, a que se es imbécil.
Hoy, a más de diez años,  constatamos que nuestros aprensivos pensamientos son una realidad. Las cíclicas declaraciones de respeto y observancia a la Constitución, no han sido más que maniobras. Ya hemos perdido la cuenta de las veces que Evo Morales prometió no buscar la re re re elección. En enero de este año, sin pudor, juró aceptar los resultados del referendo " pues no iba a ser él el que diera un golpe". Bueno, a estas alturas ya se sabe que es capaz de eso y mucho más. La Constitución en sus manos, es como una plastilina en manos de un niño de dos.
La obsesión compulsiva de no abandonar el poder es tal, que ya ni siquiera cubre un poco las formas y es él mismo, que desafiante, declara que en el próximo referendo "veremos quién es quién". Las violaciones a la Constitución son constantes y no admiten que el resultado del referendo es vinculante. Por lo tanto, ya el pueblo se ha pronunciado sobre el  tema. NO  quiere ni acepta la posibilidad de otro referendo sobre lo mismo, menos otra re elección.
Pero como ya conocemos de su arbitrariedad, toda la energía y todos los recursos a su alcance estarán encaminados a luchar por un nuevo período de gobierno. Ya se puede detectar el modus operandi, como es la renovada licencia para que sus movimientos sociales, hagan uso -entre otras cosas-  de dinamitas como una herramienta de sometimiento por temor. La persecución y la judicialización de cualquiera que ose estar al frente, ha terminado de envilecer al Poder Judicial y ni hablar del Ministerio Público, lo más vergonzoso y devaluado de lo que el Estado boliviano tenga memoria. Lo que a estas horas acontece con la defensa de la otrora preferida y mimada del poder, es una clara muestra de ello. La Defensoría del Pueblo, ha quedado reducida a una caricatura envilecida de sus objetivos originales.
Los ataques a la poca prensa independiente que queda en el país, demuestra claramente, que no se puede seguir ignorando las aviesas intenciones del masismo. Todas las instituciones están siendo objeto de deplorable tratamiento y los insultos de oscuros personajes incapaces de demostrar una trayectoria que les de la autoridad siquiera de criticar, ha elevado la temperatura que trasciende el ámbito de la defensa de la libertad de expresión, sino que ha mellado la conciencia de la gente, que sabe que el  único vínculo con la verdad y la realidad, es la prensa no dependiente de las arcas derrochadas del tesoro, que son propiedad de todos y cada uno de los bolivianos.
Ha llegado el momento de tomar conciencia de la absoluta indefensión en la que se halla la ciudadanía boliviana. Se han perdido todos los fundamentos de un Estado libre e independiente. No es Cuba y a estas alturas, menos Venezuela, el modelo que estamos dispuestos a aceptar. Esa indefensión, tiene un lado positivo. Ya no hay nada que podamos esperar de Evo Morales y sus adláteres. Por lo tanto, ya no hay duda que dependemos de nosotros mismos. La corrupción, como nadie ignora, es el mecanismo que hace de éste  un gobierno sin ningún tipo de límites. Ni siquiera es que desean seguir acumulando, sino y con total claridad, es la búsqueda de impunidad de esa década tan bien aprovechada.
Se acabó el tiempo de los llamados a la reflexión. No hay ninguna posibilidad de que reconduzcan su administración. Abogar por Derechos Humanos, o el fin a la sangría de recursos y libertades, es una pérdida de tiempo y energías. Han dejado de ser lo que pudieron , para ser lo que quieren. Y eso, libera de compromisos.

Karen Arauz  

sábado, 21 de mayo de 2016

clara referencia de Los Tiempos a Evo, "las ambiciones por prorrogarse en el poder conducen al descalabro total" y cita el diario de los Canelas el ejemplo de Venezuela que vive "una eclosión social y la confrontación fratricida" por lo que Maduro debe aceptar el diálogo para establecer la ruta de prontas elecciones

Es de esperar que la experiencia venezolana sirva para entender que los intereses del país están muy por encima de afinidades ideológicas y que los afanes prorroguistas sólo conducen a un descalabro total
Las informaciones provenientes de Venezuela dan cuenta de que ese país, por la acción de la cúpula familiar-militar que lo gobierna, se encuentra ante un inminente descalabro total, con graves consecuencias para la pacífica convivencia y el sistema democrático.
De nada han valido las innumerables exhortaciones, internas y desde el ámbito internacional, a las autoridades del Gobierno venezolano, para que impulsen un proceso de concertación con la oposición que permita reencauzar a ese país por los rumbos que marca su Constitución y, de esa manera, encarar la profunda crisis que lo agobia y que, en el campo económico, ha llegado a extremos como la falta de alimento y remedios en los hospitales.
Más bien, los gobernantes de Venezuela muestran un criminal empecinamiento en aferrarse al poder sin que pareciera importarles que esa actitud no sólo aumenta las posibilidades de una confrontación interna, sino que provocan una mayor depauperación de la gente.
Además, los gobernantes venezolanos ya han perdido muchos aliados en la región y el mundo. Así, dos de sus principales respaldos en la región han dejado el poder, sea mediante elecciones como en Argentina o procesos políticos, como en Brasil; también una serie de misiones de exmandatarios de diversos continentes que han viajado a Caracas para impulsar esos procesos de acercamiento con la oposición han sido insultados y ofendidos, actitud que, obviamente, influirá en la postura de sus respectivos gobiernos.
Por último, han surgido, aún en forma aislada, declaraciones de militares disidentes, entre los que se encuentra uno que gozó de la confianza del fallecido mandatario Hugo Chávez. Asimismo, varios intelectuales que defendieron a rajatabla en el ámbito internacional el denominado socialismo del Siglo XXI han dado un paso al costado, profundamente frustrados por la incapacidad gubernamental y la generalizada corrupción que ha corroído ese proceso.
También se han frustrado las gestiones hechas por la Organización de Estados Americanos (OEA) para establecer un clima de diálogo y distensión. Además, su secretario general ha recibido una andanada de groseros insultos pero, a diferencia de lo que sucedía en el pasado, esta vez aquél ha reaccionado remitiendo al Mandatario venezolano una digna y contundente respuesta que, además, ha sido avalada por el expresidente de Uruguay Mujica, quien no ha dudado en calificar al Primer Mandatario venezolano como “más loco que una cabra”.
En ese escenario, una eclosión social y un proceso de confrontación fratricida son consecuencias que pueden desatarse en cualquier momento. Por ello, los gobiernos de la región deben extremar esfuerzos para presionar al Gobierno de Maduro para que acepte y respete la instalación de un diálogo entre partes  para definir una ruta democrática hacia la convocatoria a elecciones generales al más breve plazo posible, de manera que sea la ciudadanía la que decida su destino.
Desde nuestra perspectiva, ojalá que se entienda, por un lado, que los intereses del país están muy por encima de afinidades ideológicas y más aún de adhesiones personales. Por el otro, que las ambiciones desmedidas por prorrogarse en el poder sólo conducen, más tarde o más temprano, a un descalabro total.