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sábado, 28 de enero de 2017

trata Manfredo con "guante blanco" a Choquehuanca, lo trata de monje pacífico, mientras su sucesor otro aymara Huanacuni es cinturón negro, esotérico, monje s´cholin, que practica artes marciales y "pega bien", ojalá dice el escritor no le tome como a Choquehuanca otros 11 años aprender diplomacia.



La Cancillería, un destino extraño


Manfredo Kempff Suárez



Al ex canciller Choquehuanca se le puede criticar su falta de conocimientos en materia internacional y su particular comprensión de lo que ha sido la historia de Bolivia, pero nadie puede decir de que no fue una persona afable, discreta, y educada, dentro de los cánones masistas y aimaras. Jamás insultó a nadie, nunca se lo vio provocando enfrentamientos con la oposición, fue de una lealtad absoluta con su jefe el Presidente, y se ha ido de su despacho sin quejas ni rencores.
Se ha retirado sin ninguna señal de protesta porque, naturalmente, luego de 11 años, ya era hora de que se marchara.

Cuando habían transcurrido ocho o diez años de su gestión, todavía se lo escuchaba decir que la diplomacia no era su fuerte, pero que ya se estaba ilustrando en la materia. Era estremecedor para cualquier ciudadano oír de propia voz del protagonista, que los asuntos internacionales no fueran de su dominio. Eso es tolerable – y no debería serlo – si han transcurrido seis meses. Y que durante seis meses el jefe de la diplomacia de un país esté más ocupado en hablar de asuntos cósmicos y pachamámicos, es como para echarse a temblar.

Choquehuanca quiso llevarse bien con Chile cuando estaba en La Moneda la señora Bachelet y fue cuando se trabajó en la Agenda “sin exclusiones”, pero que excluía el mar. Esa etapa la definí como “el quinquenio bobo”. Un lustro de amores correspondidos sibilinamente por Santiago, cuando se trataban 13 temas de carácter bilateral entre los cuales la cuestión portuaria dormía el sueño de los justos. Pero todavía Chile no había soltado, a través de Piñera, el cañonazo de que cualquier arreglo marítimo con Bolivia sería sin soberanía. Ese cañonazo, realmente artero, despertó, por fin, a S. E., y Choquehuanca tuvo que admitir que no quedaba otra solución que patear el tablero y echarle tierra a la Agenda.

Sucedió lo mismo en nuestras relaciones con EE.UU. donde el canciller Choquehuanca, cual Penélope, tejía de día el acuerdo para una normalización en los vínculos diplomáticos, mientras que en las noches S.E. lo desataba todo y los esfuerzos quedaban transformados en un ovillo informe que iba a la basura. Varias veces Choquehuanca avanzó en conversaciones con los norteamericanos, desde luego que con la autorización de S.E. Pero S.E. no fue sincero con su canciller, porque le permitía avanzar hasta cierto punto y con una declaración ofensiva contra Washington tiraba todo por los suelos. S.E. jamás quiso buenas relaciones con USA porque pensó que la pugna le daba réditos políticos.

Don David Choquehuanca ha sido con muchísima ventaja el ministro que mayor tiempo ha permanecido en la Cancillería y probablemente nadie se aproxime en el futuro a su record. Pero un record no sirve de nada si no se hace una obra que se la recuerde bien. Y en este caso, reconociendo las virtudes personales del personaje, creemos que no fue sino un obediente servidor de S.E., que no le produjo disgustos, pero que aportó intelectualmente muy poco en la materia que debió conducir.

Peor de lo que ha sucedido en el ministerio de Relaciones Exteriores es difícil de imaginar, más los bolivianos deberíamos estar preparados para todo en estas épocas. Imaginamos que también las cancillerías vecinas estarán con el ojo puesto en el nuevo canciller, el señor Fernando Huanacuni Mamani, un personaje que llamarlo esotérico es lo menos. Puesto por Choquehuanca como Director del Ceremonial del Estado, tuvo, al parecer, muy buen trato con los embajadores. Fue amable y recibió también amabilidades y elogios. Impuso un ceremonial andino que resultó “cool” a los diplomáticos y que con toda seguridad encantó a S.E.

El problema es que el canciller Huanacuni ha navegado en aguas más profundas y en cimas más altas que su antecesor en cosas de esoterismo andino. Según dice la prensa nacional (y no hay por qué dudarlo) nuestro flamante ministro, estuvo meditando durante tres años en el templo budista más antiguo de China. ¿Sobre qué meditaba? Él sabrá decirlo en su momento, si desea. Pero se sabe es que es un entregado investigador de la cosmovisión ancestral. Es además una persona que ha entendido perfectamente eso del “vivir bien”, con que se inició el Gobierno del MAS. Es, en suma, un aventajado discípulo de Choquehuanca.

En lo que difiere es que siendo Choquehuanca una especie de monje pacífico, Huanacuni es un maestro “shaolín”, es decir un destacado y temible atleta en artes marciales, ganador de medallas por “pegar bien”, y miembro de la Asociación Shaolín Chan de Sud América. El flamante canciller se alimenta, por estos sus ejercicios espirituales y físicos, sólo de arroz, verduras, té verde y masa cocida. Salvo que ahora cambie sus hábitos, ya saben los embajadores qué deberán tener en sus despensas para agradar al Ministro.

¿Y de diplomacia? ¿De política exterior? ¿De derecho internacional? No nos hacemos muchas ilusiones de que sepa más que Choquehuanca, pero a lo mejor aprende más rápido. Porque no pensará el señor Huanacuni permanecer otros 11 años en la Cancillería, sin saber nada.

jueves, 19 de enero de 2017

Evo tiene una sóla salida, buscarse un candidato del MAS para la próxima elección. ni Alvaro ni Evo pueden postularse una vez más, afirma Oscar Ortiz expresidente de Senadores y ahora mismo Senador Líder de Demócratas. su palabra es autorizada.


La pretensión del presidente Evo Morales y su partido, el Movimiento Al Socialismo (MAS), de desconocer el resultado del referendo del 21 de febrero de 2016 (21F) y buscar nuevas formas para repostularse en las elecciones nacionales del 2019 es inconstitucional e ilegítima, además de atentar contra las bases fundamentales de la democracia y el Estado de Derecho.
El referendo es un mecanismo constitucional de la democracia directa en el cual todos los ciudadanos tenemos el derecho a participar y decidir; por tanto, es una de las máximas expresiones de la soberanía popular y nadie puede atribuirse el poder de desconocer su resultado, ni siquiera la Asamblea Legislativa o el Tribunal Constitucional Plurinacional. En el referendo del 21F, el pueblo votó y decidió. Todo intento de interpretación constitucional o legislativa es nulo de pleno derecho.
Coherentemente, el Artículo 15 de la Ley Nº 026 del Régimen Electoral define el carácter vinculante de las decisiones adoptadas mediante referendo y señala textualmente que: “tienen vigencia inmediata y obligatoria, y son de carácter vinculante. Las autoridades e instancias competentes son responsables de su oportuna y eficaz aplicación” . El carácter vinculante implica que no se puede repetir la misma consulta, por lo menos en el mismo período constitucional, ¿si no cuándo sería aplicado este resultado?
Al mismo tiempo, el Artículo 2, inciso k), de la misma ley define al principio democrático de preclusión señalando que: “las etapas y resultados de los procesos electorales, referendos y revocatorias de mandato, no se revisarán ni se repetirán”  y en su Artículo 190 define que la preclusión de los procesos significa que: “Los procesos electorales, referendos y revocatorias de mandato no pueden ser anulados por ninguna causa ni ante ninguna instancia”.
Esgrimir que el pueblo votó engañado por una mentira es arrogarse la soberanía popular puesto que cada persona votó de manera individual y secreta; por tanto, nadie puede pretender conocer las innumerables combinaciones de factores y circunstancias que determinaron la decisión de cada uno de los millones de ciudadanos que emitieron su voto el pasado 21 de febrero.
Intentar repetir un referendo, hasta conseguir el resultado que buscan quienes gobiernan, destruye las bases fundamentales de la democracia y es tan ilógico como pretender que se repita una elección hasta que gane el candidato oficialista, o repetir la final de un campeonato deportivo hasta que gane el equipo local. Si, en una democracia no se respetan los resultados del voto simplemente no existe democracia.
El MAS está enredado en sus propias trampas. La pregunta sometida a referendo constitucional aprobatorio en la Ley Nº 757, señalaba en su Artículo 4, párrafo segundo que: “Por Disposición Transitoria de la Ley de Reforma Parcial de la Constitución Política del Estado, se considera como primera reelección al periodo 2015-2020 y la segunda reelección el 2020-2025. SI _ NO”  Esta aclaración a la pregunta original, que pretendía dejar fuera de discusión que Evo Morales y Álvaro García pudieran reelegirse para un cuarto periodo, hoy se les vuelve en contra, dado que la decisión del 21F, les niega a ambos la posibilidad de postularse a una nueva reelección de forma continua.
Por último, si el Presidente renunciara antes de terminar su mandato esto no implica que tuviera derecho a postularse nuevamente, debido a que el mandato continuaría y sería ejercido por el Vicepresidente, entonces resultaría simplemente una decisión personal de no terminar el mandato para el cual fue electo. No existe ningún acortamiento de mandato.
El único camino que tiene el MAS es buscar otro candidato; cualquier otro camino resultaría una grave ruptura del orden constitucional en Bolivia. No existe ninguna forma o camino constitucional para que Evo Morales se postule a una nueva elección el 2019.                       

El autor es  senador de Demócratas.

domingo, 15 de enero de 2017

Harold Olmos muestra el interés de Evo, a pocos dias de cumplirse el histórico NO a su prórroga en el Poder, o sea del 21F, redobla esfuerzos y sigue repartiendo "peras" para ganar adeptos incondicionales. todo hace ver que no la tendrán fácil los partidarios de la RE RE RE RE elección de EvoAlva.


A un mes del primer aniversario de la mayor derrota política del gobierno del presidente Morales no quedan dudas de que el mandatario rechaza el veredicto y que insiste en ser candidato para gobernar por un cuarto período y llegar a los 20 años corridos a cargo del país. El presidente jura que un tenebroso cartel maquinó para que dijese No la mayoría a la que se le preguntó el 21 de febrero si aprobaba que volviese a candidatear. Solo le resta escoger la forma que asumirá la pulseada. 
  
Al aproximarse ese aniversario, ha empezado a delinearse una respuesta articulada al desafío que lanzó el presidente a sus opositores al aceptar de manera implícita una nueva candidatura a pesar de haber dicho hace 11 meses que se retiraría a su propiedad en el Chapare. (“Aceptamos los resultados. Es parte de la democracia”, dijo entonces). Se espera que este domingo surja una respuesta que no admita dudas sobre la oposición del Movimiento de la Izquierda Revolucionaria al propósito re-re-reeleccionista.

Ese partido estuvo entre los protagonistas del fin del ciclo autoritario de gobiernos militares y se apresta a conmemorar el asesinato de gran parte de su plana mayor de dirigentes el 15 de enero de 1981 en la calle Harrington de La Paz. El MIR pasaría a engrosar de manera militante la articulación a un nuevo No. Una expresión masiva del No está en gestación para llevar a cabo manifestaciones en todo el país en la fecha del primer aniversario. 
  
Víctor Paz Estenssoro, quizá el presidente más lúcido de Bolivia en todo el Siglo XX, dio hace 40 años una respuesta sencilla cuando le preguntaron por qué había tantos cambios de gobierno en Bolivia, a menudo con violencia. “Por peras”, dijo, al explicar que el árbol del poder en Bolivia no producía suficientes frutos como para satisfacer a todos los que buscaban una “pera”, un trabajo en el lenguaje de entonces. Lo mismo valía para quienes buscaban mantener la “pera” que les había llegado a través del gobierno. Pregunten a quienes defienden la re-re-reelección qué posición ejercen en el Estado como resultado de su militancia en el partido de gobierno. La respuesta puede explicar la mayor o menor vehemencia con la que muchos suelen defender la continuidad de sus líderes. No será muy grande el número de los que ejercen funciones por méritos estrictamente profesionales, con prescindencia de ideologías.

A eso los analistas agregan otra razón: seguridad para el futuro inmediato de los líderes. Una justicia envilecida como la que ha tomado cuerpo no garantiza que serán conducidos con imparcialidad los juicios eventuales que algunos podrían enfrentar, desde corrupción hasta abusos y violaciones de los derechos humanos. El mismo razonamiento se puede aplicar a la tenacidad con la que Nicolás Maduro y sus partidarios en Venezuela se esfuerzan para mantenerse en el gobierno a pesar de la reprobación cercana al 90% que, en sondeos de opinión, les manifiestan sus compatriotas.

Los observadores destacan que el “frente externo” contrario al reeleccionismo y partidario de la alternabilidad democrática en el gobierno está fortalecido. Nada indica una reversión de los procesos en curso en Brasil y Argentina, y el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski en Perú les ha inyectado mayor vigor.

A eso se agrega ahora el advenimiento de Donald Trump para regir Estados Unidos. Con la retórica anti-capitalista que expresan los líderes de lo que queda del Socialismo del Siglo XXI, los analistas creen que no es difícil atisbar nuevas turbulencias en las relaciones entre Estados Unidos y los países regidos por ese signo. Una pregunta aún sin respuesta es si el empeño por la re-re-re llegará a agitar las aguas de nuestras relaciones exteriores.

http://haroldolmos.wordpress.comon un punto de vista periodístico.

sábado, 7 de enero de 2017

Puka Reyes Villa con esa sinceridad habitual se refiere a Clinton, Obama y Triump en actitudes diversas. en USA por la nobleza de la actuación de los demócratas, que a pesar de las observaciones a la limpidez electoral resolvieron reconocer al Republicano. claros ejemplos de conducta política que bien debíamos aprender en Bolivia.


Necesidad y necedad


Puka Reyesvilla

Como se sabe, la candidata demócrata Hillary Clinton obtuvo aproximadamente dos millones ochocientos mil votos de ventaja sobre el ganador de las elecciones en EEUU, Donald Trump. Semejante oxímoron político es sólo factible debido al vetusto sistema electoral vigente en la nación de Washington; pero en tanto aquel no se modifique, los candidatos aceptan someterse a las reglas del juego, prácticamente sin derecho al pataleo.

Así pues, por muy afectado que le hubiese quedado el hígado, a Clinton no le quedó más remedio que felicitar al perdedor en las urnas pero triunfador en el Colegio. Eso se llama institucionalidad -respeto a las normas– al extremo de que la excandidadata y su esposo, el expresidente Bill Clinton, asistirán a la posesión del populista Trump el 20 de enero, aunque dudo mucho de que en el caso inverso –es decir, que el populista hubiese ganado en las urnas y la demócrata en el Colegio- el impresentable que asumirá la Presidencia hubiese actuado de misma manera. Es más probable que hubiese desconocido la institucionalidad, característica propia del populismo, sea del signo que fuera.

En casa, luego de once años de populismo tercermundista en ejercicio del gobierno–corporativismo, demagogia, culto a la personalidad, supresión de derechos políticos, control centralizado del poder, desarrollismo, propaganda grosera, persecución, judicialización de la política, etc.- la voracidad de reproducción de poder de la cúpula del régimen, que siempre hace la inducción-pantomima de actuar “a pedido del pueblo”, viene atropellando sin misericordia –he aquí lo sorprendente- ¡sus propias reglas!. Cierto. Al menos desde 2009, año en que consigue imponer –en su desarrollo- y hacer aprobar la Constitución Política del Estado la que, mientras no se modifique según los mecanismos que la misma prescribe, rige para todos, incluidos, con mayor razón, los gobernantes. A la CPE (COPOLMA, como la llamó Francesco Zaratti) le siguieron las llamadas “leyes estructurales”, los “Códigos Morales” y un sinfín de normas accesorias.

Vale decir que cuando el señor Morales declara que las leyes le incomodan se está refiriendo a sus propias leyes, no a las que promulgaron los “neoliberales”, los “vendepatrias” o los “agentes del Imperio”. Más allá de la aberración jurídica que ello supone, ¿no es de una necedad absoluta?

Por otro lado, con diferencia de una sílaba –“Si”, paradójicamente- se encuentra la necesidad. Mencionada sesenta y un (61) veces en la Constitución, el agua, proclamada, además, como “derecho humano” en la misma, se ha convertido en un artículo de lujo para la población que, resignada –agradecida, incluso- recibe una gotas del líquido que no le alcanzan para cubrir mínimamente sus necesidades.

Seamos claros, el enésimo cronograma de racionamiento es papel mojado. Ya no hay a quién quejarse. El régimen ha logrado reducir la voluntad de la población hasta hacerla sentir culpable de la escasez, hasta tildar de “antipatria” a quien se anime a expresar su indignación por no contar con agua potable domiciliaria.

Y aquí vuelve la necedad. ¡Cómo, ante semejante drama, se le ocurre al régimen hacer desfilar a los motorizados del denominado “Dakar” por toda la ruta troncal de la ciudad de La Paz! No voy a ingresar en otro tipo de valoraciones sobre esta competencia; simplemente considero una provocación –a la que la alcaldía se ha sumado con entusiasmo-, una bofetada al rostro de la ciudadanía sedienta, el ingreso del opulento espectáculo a la urbe azotada por la ineptitud del régimen en materia de provisión hídrica.

¿Que no se puede alterar el trazado del recorrido? Debo recordarle al régimen que en la anterior versión se lo hizo, y la carrera continuó su paso por territorio boliviano.