Tres son los temas lacerantes en Bolivia y especialmente en Cochabamba. Falta de gas natural para el consumo doméstico. Escándalo por la compra-venta de puestos de trabajo dentro del Gobierno y el pánico entre los viajeros a España por la restricción de los ingresos a 15 de los 25 países de la Unión Europea.
Por lo menos, una vez por año aparece el fenómeno de la escacez de gas entre la masa de consumidores, pero en lo que va de la Administración de Evo Morales, la crisis se repite y vamos por la cuarta. Las amas de casa, no pueden entender que siendo Bolivia el más grande exportador de gas en el Cono Sur, no se tenga a la mano este energético para lo más elemental. Se aplazan los responsables de la provisión del combustible, convertido en artículo de primera necesidad especialmente en los hogares de bajos ingresos. Incomprensible que, cualquiera sea la razón que pudiera justificar esta carestía, no se hubiera tenido la capacidad de preveer para evitar un motivo de angustia, de preocupación y de impotencia para los más pobres.
Ahora ya se tienen nombres y apellidos de los principales corruptos encabezados nada menos que por el tercer hombre dentro del MAS, el senador Santos Ramírez que aparece comprometido en el tráfico de influencias negociando con visas para ciudadanos chinos, los que llegados al país obtienen pasaportes bolivianos con los que emigran a Estados Unidos y otras naciones. Los chinos llegan a pasar hasta diez mil dólares por un pasaporte boliviano. El segundo nombre es de otra senadora de apellido Zurita que tiene sembrados sus tentáculos en gente humilde a la que engañaron con promesas de empleos en los ministerios "poniéndose hasta 300 dólares" por cada postulante. La prensa nacional ha estado muy activa investigando y descubriendo los detalles de estas maniobras deshonestas y aunque el Presidente ha prometido mano dura, todos ponen en duda que sea capaz de enviar a la cárcel a sus propios "camaradas de partido". El tema de los viajes a España lo comentamos aparte.
