Libertad de prensa en peligro

Los asesinatos de periodistas en México y Brasil, el hostigamiento a medios de comunicación en Venezuela, Bolivia y Ecuador y las restricciones publicitarias a los medios que investigan casos de corrupción en la mayoría de los países latinoamericanos fueron denunciados esta semana por la Sociedad Interamericana de la Prensa (SIP). El documento, firmado en la ciudad de La Antigua (Guatemala) por directivos de los principales diarios, remarca la importancia de la prensa independiente como instrumento fundamental de la democracia para informar, fiscalizar e interpelar al poder. Si no hubiera sido por la prensa, la mayor parte de los casos de irregularidades en el manejo de recursos públicos no se habría desvelado y hoy las opiniones públicas de la región no habrían contado con elementos importantes para controlar el ejercicio del poder legalmente constituido.

Habría que dedicar esta columna editorial a la periodista mexicana Miroslava Breach, corresponsal del diario La Jornada en Chihuahua, que fue asesinada a sangre fría en la puerta de su casa cuando se dirigía a su trabajo. Apenas hace 10 días, Breach firmó una nota periodística en ese diario acerca de fosas halladas en Madera, Chihuahua. Los investigadores aseguran que el crimen tiene que ver directamente con su actividad profesional. Pero este no es el único caso. Decenas de periodistas mexicanos, y otras latitudes, han muerto por informar a sus públicos sobre lo que pasa en su entorno.

En una región donde la corrupción está tan extendida en las instituciones del Estado, en la empresa privada y en diversas instituciones, la labor de los periodistas y la prensa independiente es crucial porque la sola exposición de un tema lleva a romper la impunidad y llevar a mayores niveles de justicia.
Solo con información transparente y oportuna es que los ciudadanos podrán tomar decisiones clave para garantizar el desarrollo de las instituciones democráticas y de los derechos de todos los ciudadanos de un país. Ojalá los Gobiernos de la región se den cuenta de la importancia que tiene la prensa para la propia administración del Estado.


Otro ejemplo de hostigamiento a la prensa se registró hace poco, cuando autoridades chilenas maltrataran a un grupo de periodistas bolivianos durante un viaje de promoción de una línea aérea. Nuestra periodista Deisy Ortiz estuvo entre las afectadas. Vaya nuestro más amplio y firme repudio a este tipo de acciones que no hacen otra cosa más que generar un retroceso en materia de derechos humanos y estabilidad democrática