Santa Cruz puede llamarse o concebirse como la vida en rosa.
En medio de la adversidad este departamento sigue apostando al futuro y lideriza sumando regiones que entienden que el reto de ser nación nada tiene que ver con la raza, sino con la voluntad de construir un proyecto que impulse a todos hacia el porvenir.
Estamos de cara a un momento de construcción, contrariamente a la estúpida idea que albergó el corazón de los evólatras que pensaron que este sería el momento de la destrucción, de la derrota, de la venganza, de la mala nueva, de la vocación de matar en vez de gestar, de crear, de abrir los corazones sedientos de humanidad, de vocación de fundirse, de generar el nuevo espíritu de cara al siglo XXI.
Tenemos mucho que agradecer a la indecencia y a la inmoral conducta de los evólatras, porque nos han llevado a reconocernos como un país pluricultural que puede zafar talvez para siempre esa idea retrograda de lo plurinacional que implica quedarse perplejos mirando la tez, la piel, los cromosomas, la genética, donde ni siquiera existen laboratorios para decir si somos de una raza u otra, si somos genéticamente incompatibles o tenemos cromosomas igual que las moscas, o los ratones, o los leones.
En medio de la maraña de ideas divisionistas de la evomanía, existe gente de calidad, de primera, de principios, imbuida de ideas de renovación, de humanidad refrescante, de la clorofila que puede alimentar el espíritu del siglo que se inaugura y al que pseudo amautas habrían querido convertir en una carnicería que no tiene razón de ser. Esos amigos son de aquí, de allá, de todas partes, no tienen limites de razas, pero sí de capacidad de discernir, de razonar, de pensarnos como ciudadanos del mundo, como integrantes de la comunidad humana, del género humano que sabe que a pesar de las dificultades podemos hacer que la vida sea rosa, que sea digna de vivirse, que tenga el valor del respeto por las diferencias, que tenga la calidad de saber que la riqueza está en ser distintos y no iguales y en que nadie tiene que buscar odios en esta diferenciación que no nos deja de distinguir como seres humanos pasibles de entendernos en nuestra diversidad.
Evo Morales y sus huestes han fracasado, en la medida que han planteado el odio, que han buscado dividir para reinar, que han pretendido hacernos distintos pese a la esencia humana que nos debe hacer coincidir en nuestra capacidad de regirnos por leyes y normas que pongan un resguardo a las ambiciones personales y que nos lleven a ser interculturales en la esencia de desafiar al poder para salir airados en cuanto a la posibilidad de coexistir.
Este es el motivo por el que seis regiones se suman al proceso de distribuir el poder, de dejar de concentrarlo en un poder centralizador que pretende tener en sus manos la vida y milagro de los bolivianos.
No más diálogos para la división, no más pseudo pactos, negociaciones y conversaciones que son parte de la política sucia que pretende seguir el ejecutivo para dividir Bolivia, para hacerla tierra de nadie, para entregarla a la ilegalidad, a la tiranía, al control de una elite que detente poder y que saque réditos de esta adscripción partidaria.Este intento de construcción de un poder ficticio, de un poder irracional, de un poder que quiere alimentarse de cromosomas, de mayor pobreza, de mesianismo, de caudillismo, de semen, de óvulos, de pobreza enclenque, de imposiciones nefastas, de odio, de vilipendios, de racismo inhumano, de perdigosas prebendas cocaleras, de pobreza moral, de infundios y mentiras como estrategias que se resisten a la verdad, de inhumanas prácticas de matar, violar, deslegitimar, degenerar lo que nos pertenece como legado humano, como principios, como valores, como normas para valorar nuestra coexistencia fundamentada en valores y no en cromosomas.
El gobierno, sigue blasfemando, se han convertido en fariseos, en sepulcros blanqueados que denuncian conspiración cuando los otros se defienden, que hablan de que se pretende derrocar la democracia cuando se la está defendiendo contra los embates que ellos mismos proporcionan. Evo es hoy un matador que no sabe que es el bien ni el mal, que se ha perdido en los laberintos tal como el minotauro.
De todos modos sabemos que más allá de los dimes y diretes la verdad nos hará libres. Debemos buscar nuestro propio registro un momento distinto al que ellos han querido plagiar con sus referendums superpuestos para plagiarnos.