De la crisis y la desocupación en Europa
Mauricio Aira
La continuada crisis económica que golpea a los más fuertes del planeta y repercute en cada uno de los países del resto, no termina de manifestarse. Ya son varios los de la Unión Europea que han declarado que los balances de fin de año muestran cifras por debajo de la línea o sea en menos. Se trata en principio de Alemania, Irlanda, Italia y están a punto de hacerlo España, Holanda, Portugal...unos pocos como los escandinavos excepción de Islandia todavía se mantienen en la frontera de la recesión, aunque nadie puede predecir cuándo ingresarán allí, aunque todos están de acuerdo en que los últimos meses el deterioro de la economía ha sido veloz. Los ricos con paso firme hacia la recesión, sin poder ocultar el pánico que se va extendiendo por la disminución del gasto y la menor capacidad adquisitiva de los consumidores estadounidenses de los que que ay! dependen la mayoría de nuestras economías como la sueca que al haberse asociado con los gigantes Ford y General Motors y estando afectadas éstas por las compras menores, la onda expansiva llegó sin demora y sus filiales Volvo y Saab han provocado la desocupación de varios miles de asalariados. Las subsidiarias que suman cientos, por el efecto dominó han hecho lo mismo poner en la calle a obreros.
En forma diversa a los trabajadores metal mecánicos de España los suecos no han salido todavía a protestar (Hitachi, Nissan, Toyota) y se someten a regañadientes a las reglas del mercado de trabajo. Primero reciben un salario disminuído de las cajas de desocupación que administran las grandes federaciones laborales y segundo se ponen a disposición del mercado de trabajo que les ofrece alternativas, la jubilación, cursos de mejoramiento profesional, puestos de trabajo en ocupaciones diferentes, incluyendo los servicios colectivos de salud y educación. No pasa día en que no se anuncie el despido de trabajadores, a los de metal mecánica y sus proveedores les siguió el de empresas constructoras, como Skanska que acaba de despedir hace pocas horas a 3.600, de los cuales 2.000 de Suecia.
Los esfuerzos de los gobiernos por estabilidad el sistema financiero se dirigen a socorrer a los bancos que deberían estimular el consumo y mantener por tanto la demanda industrial y comercial, aunque sobrevendrá como estiman los expertos la inflación y alternativamente la deflación, aunque de momento nadie habla de éste inevitable fenómeno ya en lontananza. Si se está combatiendo la crisis con la bajada de precios, suele sobrevenir la deflación llamada por algunos “el infierno de Dante”. Se puede percibir que se está viviendo una fiebre de bajada de precios en todos los segmentos. Si los precios se desploman como está sucediendo con el petróleo habrá llegado la deflación que “haría estallar otras burbujas de menor dimensión”.
Qué problema hay en que rebajen los precios? ninguno, todos contentos, pero si la deflación se llega a instalar es que aumenta el peso de la deuda, al disminuír los ingresos. El sobreendeudamiento ha sido la característica de la crisis del 29, cuando gobiernos y empresas tomaron medidas drásticas para aumentar la competitividad menores precios, menores salarios, por tanto mayores plazos para pagar las hipotecas, los entendidos explican así que la gran burbuja del crédito de los años 20 en los Estados Unidos condujeron a la imposibilidad de pagar sus deudas a los granjeros que fueron enjuiciados masivamente por los bandos, lo que dio lugar a la hecatombe con su secuela social, desocupación, hambre, enfermedades, suicidios, quiebra de negocios, indigencia. Etc., aunque corresponde advertir que las deudas entonces eran relativamente pequeñas, mientras que la burbuja actual tienen niveles altos sin precedentes.
Y si hablamos de deflación, cuando llega a desatarse atrapa a los vendedores, revendedores en una bajada tal que un determinado producto que no se vende, irá bajando de precio de día en día y el consumidor se paraliza porque no compra a la espera de obtener un mejor precio más tarde y se convierte en un círculo vicioso indetenible.
Ilustrará nuestro enunciado lo sucedido en Japón en la década pasada, cuando los precios de la vivienda habían caído a la mitad y la economía japonesa todavía no ha encontrado la forma de salir de la crisis de la vivienda inmersa en la espiral deflacionaria. A diferencia de la burbuja oriental que era o es si se quiere burbuja local, lo que está pasando ahora involucra globalmente a toda la economía, se trata de una burbuja global de efectos que podrán ser devastadores.
Por el momento tenemos a la vista la desocupación con toda su secuela de perversidad, para el caso de España y Bolivia, se manifiesta en miles de compatriotas que la pasan cada vez peor, sin trabajo, con la esperanza de regresar a la patria, donde tampoco hay fuentes laborales en la cantidad reclamada. España soporta ya la burbuja laboral de la construcción, de la industria automotor, y de ciertos servicios, de tal forma que obligan al gobierno y a la oposicion a buscar soluciones que no pueden esperar. (Los desocupados sobre pasan dos millones quinientos mil, o sea cifra superior al paro de 1998)