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sábado, 28 de marzo de 2009

el loro, el gordo y el mar. así titula Palo Santo el intercambio de cumplidos intercalados por EVO con el jefe de estado peruano ALAN. hierros.

En la primera oportunidad Evo ocasionó que su colega peruano le respondiera “Yo no me ando fijando en la esbeltez y la gordura de los hombres, eso se lo garantizo; todavía no está eso dentro de mis inquietudes”, sugiriendo inclinaciones homosexuales del mandatario aimara, lo cual en nuestras conservadoras sociedades no es moralmente correcto.
Ahora, en el tema marítimo, aunque duela admitirlo, Alan García puso el dedo en la llaga y como no podía ser de otra forma el gobierno del MAS dio el grito al cielo y trató de restar credibilidad a sus afirmaciones con argumentos ramplones.
Ocurre que desde que se proclamó la “diplomacia de los pueblos”, el servicio exterior boliviano va de tumbo en tumbo mientras el canciller David Choquehuanca prefiere hablar del “sexo” de las piedras a formular una estrategia que conduzca a la solución del enclaustramiento marítimo del país.
Es conocida la crónica incapacidad de los masistas, de sus parientes y compadres que ahora ocupan cargos de embajadores o cónsules, la cual se está haciendo cada día más evidente en la medida que merma el encandilamiento que produjo en la comunidad internacional la elección de un presidente indígena en Bolivia.
Mientras tanto, los diplomáticos de carrera se encuentran totalmente relegados y en muchos casos han tenido que dedicarse a otras actividades por cuanto a la Cancillería solo pueden acceder quienes tienen el aval de las “organizaciones sociales”.
A parte de esta clara deficiencia se debe recordar que Evo Morales, en ninguna de sus intervenciones ante organismos internacionales, foros o cumbres, a las que concurre religiosamente, ha planteado la reivindicación marítima y hay que reconocer también que a nadie se le ha movido un pelo. Al parecer nuestros problemas internos han acaparado toda la atención y este tema histórico ha quedado relegado.
Por otro lado, las contradicciones en las que cae el canciller Choquehuanca sobre el tema marítimo son patéticas. Debe recordarse que a fines de octubre de 1979, Bolivia obtuvo un resonante triunfo en la asamblea de la OEA realizada en la Paz , cuando el entonces canciller Gustavo Fernández logró que ese organismo reconociera que el tema del enclaustramiento marítimo boliviano era de interés continental. Lamentablemente este triunfo se vio empañado por el golpe de estado que perpetró a las pocas horas el coronel Alberto Natusch.
Sin embargo esa ha sido la línea maestra con la que se han manejado los sucesivos gobiernos pero ahora en un vergonzoso retroceso, Choquehuanca nos dice que el problema es bilateral y habla de supuestos avances en ese ámbito, la construcción de la “confianza mutua” entre Evo y Michelle, desde la miopía masista, es “un gran avance” que nos llevará al mar.
Pero hay un resultado concreto. El presidente Morales, a nombre de la “diplomacia de los pueblos” ha permitido que su colega chilena se anote una importante victoria al sacar de su agenda el tema marítimo boliviano. La tan mentada “agenda bilateral de trece puntos” (el número 6 es el marítimo) no existe más que en la imaginación de nuestros gobernantes y esto no puede ser tapado por el agudo sentido del humor que atribuyen a Evo sus cortesanos cuando celebran sus insultos contra el presidente Alan García y esta vez respondidos por los peruanos en similar tono. Es que como nuestro presidente dice lo que quiere ahora debe escuchar lo que no quiere.