Vistas de página en total

miércoles, 4 de marzo de 2009

la epidemia del dengue está causando estragos, cerca de 40 mil infectados y más de 30 víctimas mortales por ello nuestro articulista expone el tema

DENGUE ATERRORIZA AL ORIENTE BOLIVIANO
Por Enrique Bachinelo

Los hospitales no tienen mayor espacio para más pacientes, aglomeración de enfermos con síntomas de dengue invaden los centros de salud públicos y privados. Se lamenta la falta de medicinas adecuadas para su tratamiento. No se cuenta con equipos para combatir a los mosquitos que trasmiten esta peste. Y lo mas grave: no existen médicos ni enfermeras suficientes para atender esa ola de seres humanos, presuntamente, atacados por la fiebre hemorrágica que caracteriza al dengue en su etapa inicial. Madres desesperadas portando en brazos a sus hijos infectados se aglomeran en los centros médicos; pero, desdichadamente los hospitales ya no tienen espacio; hasta los pasillos están cuajados de enfermos, las pocas camas están ocupadas y las medicinas brillan por su ausencia. Toda una invasión de mosquitos, miedo, terror y desesperación. Se ha informado que hasta el momento más de tres docenas de seres humanos han muerto por esta peste. Después de la muerte no hay nada y la misma muerte no es nada.
No, no son alucinaciones del que escribe esta columna. Son hechos vivientes que se está presentando en la ciudad de Santa Cruz y los departamentos orientales. La creciente cantidad de enfermos con dengue que llenan los hospitales públicos, ha puesto en jaque las áreas de emergencia, donde las enfermeras no abastecen para atender a los que reciben suero y plaquetas. Además, al decir de las noticias de la prensa boliviana, el mal se está extendiendo a todo lo largo de la geografía nacional y, se corre el peligro de la trasmisión a los países vecinos. Es un llamado de alerta para que la comunidad internacional acuda en solidaridad con Bolivia. En estos momentos necesita urgentemente todo tipo de ayuda en medicinas adecuadas, personal profesional, material para destruir a la larva trasmisora, equipos y recursos humanos especializados en este problema. El miedo paraliza la mente de sus habitantes y el temor de que esta situación cause confusión y caos, no están lejanos. En algunos países que lindan con Bolivia ya han detectado algunos casos aislado del dengue hemorrágico.
Las autoridades de salud de Bolivia, tanto a escala nacional como sectorial, se están movilizando para combatir esta tragedia que esta causando terror en la población del oriente boliviano. Se estudia la estrategia más apropiada para combatir esta terrible enfermedad y, con criterio técnico los médicos consideran que se debería aplicar las experiencias de Estados Unidos así como las innovaciones que intentan utilizar los médicos procedentes de Venezuela y Cuba. Indudablemente que el fin no es otro que combatir este tremendo problema que puede degenerar en una peste que se extendería a los países vecinos. De momento se encuentran en la ciudad de Santa Cruz y las zonas rurales más de cuatrocientos médicos procedentes de Venezuela y Cuba. Son trabajadores profesionales que conjuntamente con los galenos bolivianos están coordinando las estrategias mas apropiadas. Están laborando, contra el reloj, para detener esta desesperada situación de peligro a la salud de miles de habitantes de los Andes.
Paralelamente a la atención de los pacientes del dengue, las Fuerzas Armadas, con limitados equipos de campaña de los países amigos, está procediendo a fumigar las zonas de peligro. No falta gente voluntaria que diariamente se suma a los grupos que proceden a limpiar, fumigar y eliminar todo medio donde el mosquito trasmisor procede a multiplicarse con rapidez asombrosa. Los pozos de aguas detenidas, la floresta húmeda, los lugares donde existen productos sólidos que retienen agua por más de siete días, deben ser destruidos por el sistema de fumigado para eliminar a los trasmisores aéreos. Seguidamente se debería hacer una política de escoba: es decir: barrer los barrios, las viviendas y cuanto lugar denote señales de la presencia del mosquito con sistemas de limpieza y fumigado, sin descuidar el recojo de basurales que, lamentablemente, están desperdigados por las zonas populares de la capital oriental, que al momento sobrepasa el millón de habitantes.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera como factores determinantes para diagnosticar el dengue hemorrágico las siguientes características: “fiebre, tendencia hemorrágica, [] sangrado de la mucosa, encías, vómitos de sangre o diarrea sanguinolenta. Síndrome de shock por dengue, que se define como el dengue hemorrágico, además se presenta, débil pulso acelerado, reducción de la presión del pulso y el paciente siente frío, la piel húmeda y agitación sofocante”, anotan los peritos de esa institución de control médico mundial.
La OMS recomienda que los pacientes con síntomas febriles que presuman la enfermedad no deben ser expuestos a cambios de temperatura por contacto (agua otros), por que se determinó que el efecto exacerba los signos mencionados. Estudios iniciales efectuados en Trinidad-Beni (Bolivia) establecen que sobrepasan más de medio centenar de casos de infectados desde enero del 2009. Además, las autoridades de Santa Cruz tienen bajo control mas de doscientos pacientes y estiman que, aproximadamente, más de treinta y cinco mil casos, de posibles contagiados, se encuentran bajo la lupa de los médicos.
Los expertos de la OMS tienen dudas con relación a los fármacos que poseen al momento sobre esta enfermedad y, manifiestan que no existiría un medicamento específico para tratar la infección del dengue. “La base del tratamiento para esta enfermedad es la terapia de apoyo. El aumento de la ingesta de líquidos orales se recomienda para prevenir la deshidratación. Para aliviar el dolor y la fiebre, los pacientes deberían tomar paracetamol (acetaminofén). También se debe ayudar con líquidos intravenosos para prevenir la deshidratación y la importante concentración de la sangre si el paciente es incapaz de mantener la ingesta oral” acota el informe de la OMS.
A estas alturas de la tragedia, correspondería al poder Ejecutivo de ese país, declarar el Estado de Emergencia y recurrir a solicitar el apoyo de las organizaciones especializadas de las naciones amigas, para salvar esta penosa situación. Son momentos en que la ciudadanía toda, debería unirse a la causa común: eliminar el dengue y superar la intolerancia política. La política no es nada, la salud es todo.
Jean-Baptiste Poquenlin, escritor francés anotaba: “La muerte es el remedio para todos los males; pero no debemos echar mano de este remedio hasta la última hora”.