Vistas de página en total

sábado, 27 de junio de 2009

el Presidente García ha puesto punto final a sus referencias a EVO, cuya gente ha continuado con el insulto (Avalos agitador) tratándolo de asesino.

Tras varios días de silencio, el presidente de Perú, Alan García, afirmó ayer que no responderá a "gritos de cantina", al ser interrogado por los periodistas por los ataques de su homólogo Evo Morales, quien lo tildó de ser "uno de los peores presidentes del mundo" el pasado 22 de junio.


"Comprendo a cada uno en su dimensión, educación y nivel. No es propio del Presidente de una nación como el Perú andar respondiendo a gritos de cantina. Nunca lo he hecho", expresó García a los periodistas, poniendo en entredicho, una vez más, las relaciones bilaterales entre Perú y Bolivia.


El mandatario peruano agregó que "por encima de lo que dice un presidente pasajero están las relaciones entre los pueblos que no deben ser heridas ni disminuidas por adjetivos que algunas personas utilizan para hablar".


"¿Nos pueden dar lecciones a nosotros desde Venezuela o desde Bolivia? Lo que se intenta es integrarnos como un furgón de cola a este llamado socialismo del siglo 21 que en mi concepto va a ser la pobreza del siglo 21 para esos países", expresó.


Morales comparó al inicio de la semana a García con el ex mandatario estadounidense George W. Bush y le catalogo como "uno de los peores presidentes del mundo", encendiendo aún más la polémica desencadena con el Gobierno peruano, luego que calificó de "genocidio" el enfrentamiento entre indígenas y policías peruanos, que dejó 24 agentes y 10 civiles muertos.


“Yo no tengo nada que pedir perdón, porque los peores presidentes del mundo, si no es (George) Bush, ahora (es) el Alan García”, dijo Morales en un acto público en la localidad de Totora, Cochabamba.


Ante estos cruces de declaraciones entre García y Morales, los cancilleres de ambos países vienen atenuando los ánimos y descartar toda posibilidad de ruptura de relaciones diplomáticas a raíz de estas discrepancias. Ayer, el canciller David Choquehuanca siguió restando importancia a la ausencia del embajador del Perú en Bolivia, Fernando Rojas, quien retornó a Lima el 16 de junio pasado.


La autoridad insiste en que el llamado de Rojas por su gobierno es cuestión de rutina y que no tiene ninguna información oficial sobre el motivo del retorno a su país.


El diplomático además reiteró que el embajador de Bolivia ante el Perú, Franz Solano, permanecerá en el vecino país.


“No conocemos las razones, no conozco por qué ellos han tomado esa decisión, tendrían que comunicarnos oficialmente y no puedo dar una opinión”, dijo el Canciller ayer, asegurando que todo lo que conoce sobre el retorno del embajador del Perú a su país lo sabe a través de los medios de comunicación.


Por su parte, el canciller peruano, José Antonio García Belaúnde, reitero ayer que las relaciones diplomáticas con Bolivia deben reconducirse bajo el principio del respeto mutuo. “Bolivia es un país amigo, país vecino, salimos de la misma cuna, tenemos un mismo destino y todo nos debe llevar a reconducir esas relaciones sobre la base de un principio básico y elemental, que es el mutuo respeto”.


Evitó adelantar sobre la posibilidad de que en la cumbre de mandatarios de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), a realizarse en agosto en Chile, se dé un acercamiento entre los gobernantes de ambos países.


Contrariamente a las expresiones del canciller Choquehuanca y contribuyendo al malestar de las autoridades peruanas, dirigentes campesinos afines al presidente Evo Morales reiteraron ayer sus ataques al gobierno de Alan García.


La senadora suplente del MAS y dirigentes de las mujeres campesinas, Leonilda Zurita, en alusión al Presidente del Perú, dijo "que existen gobiernos que defienden a asesinos" y que la lucha de los pueblos no tiene fronteras al igual que la justicia, por lo que nos se puede callar y se debe seguir defendiendo los derechos de los más necesitados.


En el mismo tono, el máximo ejecutivo de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia, Isaac Ávalos, acusó a García de ser el defensor de los corruptos y asesinos por haber concedido asilo a tres ex ministros del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada.