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viernes, 21 de agosto de 2009

Marcelo Soza respaldado por toda una batería de "juristas chicaneros" del Gobierno pretende descalificar a jueces probos e intachables. el Caso Rozsa


Los vericuetos de la chicana leguleya

Mauricio Aira

Sólo desde fuera se puede ver la recurrencia del Fiscal Soza a los vicios por lo demás harto comunes a los procedimientos seudo legales a los que apela en forma permanente para cumplir las consignas de sus mandante en el inveterado afán de “encontrar culpables” a como dé lugar entre la dirigencia cruceña para invalidad su acción cívica y su militancia opositora al régimen gobernante.

Desde el 16 de abril, cuando policías encapuchados violaron la intimidad de un hotel y masacraron a tres ciudadanos extranjeros y detuvieron a dos más para llevarlos al “guantánamo boliviano” como alguno denominó a la ciudad de La Paz, convertida en prisión de torturas y de injusticia contra los enemigos del régimen. El operativo policial fue ordenado nada menos y nada más que por el mismísimo Jefe de Estado Evo Morales, quién jactándose de su hazaña ante sus pares de Cuba y Venezuela pocas horas después “dí la orden de usar sus armas sin contemplaciones”, declaración que sin duda, se está convirtiendo en su duende, su pesadilla su “caravana de la muerte” que fue para Pinochet el pecado mayor que le persiguió de día y de noche hasta el final de sus días. Decimos bien desde aquella fecha, “no tiene sosiego y cada día que pasa se pone más agresivo y exige acción jurídica-legal, policial y política” hasta probar que los masacrados estaban dividiendo Bolivia.

La batería de juristas que asiste al aparato represivo del MAS, que está muy bien pagado por los petro-dólares procedentes de Chávez, trabaja febrilmente para encontrar justificativos que no los hay, de aquel desmán, terrífica “metida de pata del Jefe”, que le costará sucesivamente el poder, la libertad y es posible que también su vida.

Se han escrito varios libros como los de Emilio Martínez quien concluye “es probable que haya existido una manipulación gubernamental del grupo Rozsa, pudiendo explicarse la masacre como un virtual montaje para cubrir y justificar un autogolpe de Evo Morales” . el texto abunda en detalles para mostrar que la masacre del hotel fue una ejecución extrajudicial porque existen contradicciones en la versión oficial, ocultamiento de información relevante que incluye la vinculación de funcionarios del MAS con el grupo Rozsa, sobre las irregularidades cometidas por el Fiscal Soza, sobre los testimonios poco confiables de testigos incluyendo “al viejo” y “al gallego” (un parlanchín ex reo de las cárceles de Madrid que convocado por el MAS acudió a sus medios de propaganda, supuestamente para inculpar de nuevo a los cívicos cuyo delito es ser opuestos a Evo Morales), sobre la cacería de brujas contra empresarios, militares, organismos de DDHH y hasta comunicadores, sobre las acciones para desalentar el apoyo económicos a la acción pre electoral. Además los documentos que citamos muestran la utilización del tema para golpear al Poder Judicial y someter a la Justicia a su voluntad autárquica, amedrentando a la prensa que continúa investigando y sacando a la luz la verdad de la masacre. El régimen utiliza la desinformación para mostrar la realidad y bloquear de paso los sucesos del 11 de septiembre en el Departamento de Pando.

Los procedimientos chicaneros, leguleyos, de golpes bajos, que violan toda ética y moral utilizados por el Fiscal Soza no tienen asidero y tan pronto los plantea ante los tribunales que sus maniobras son descubiertas y hasta puestas en ridículo ante la respetable opinión de los jurisconsultos eminentes y en general ante el Colegio de Abogados que contempla con estupor el uso corrupto de la Ley para defender al tirano, porque quién procede como Morales, al menos en éste caso específico no merece otro título al desconocer el Imperio de la Ley ante cuya Servidumbre todos somos iguales.

La última actuación de Soza de descalificar a toda una Corte (la Corte Judicial de Santa Cruz) acusando a los jueves y vocales de estar sometidos a un ex dirigente cívico bajo el pretexto de haber acatado un paro judicial en el pasado, no tiene validez legal alguna, aunque sí, por el respeto a la Ley produce el efecto de paralizar momentáneamente las decisiones del colegiado que ha recibido en consignación de la Corte Suprema, la tarea de llevar adelante el juicio del Caso Rozsa.

Lo que logró parar los pelos de los masistas (de una pequeña élite de extrema izquierda que controla el Ejecutivo) fue las 12 páginas del Suplemento Especial publicado por La Razón de La Paz, el lunes 27 de julio del 2009 titulado Caso Rózsa, un Mar de Dudas. El escrito se sorprende que a cuatro de la muerte de tres hombres acusados por el Gobierno de terroristas no termina de aclararse. Existen contradicciones y las pruebas se evapotan. El caso está paralizado por el conflicto de competencias, aunque la demanda está ya circulando a nivel internacional. No extrañe por tanto la presunción de ser la justicia internacional, como ocurrió con Pinochet que persiga a Morales y pueda ser detenido en cualquier lugar del mundo, que visita el líder cocalero con inusitada frecuencia, y que existe un Juez Garzón, que le ponga el cascabel al gato, más aún si tres países han sido víctimas del suceso. Rumania, Croacia e Irlanda.

El adenda que mencionamos se pregunta ¿cómo llegó Rozsa a Bolivia? A ciencia cierta no se sabe quiénes trajeron al grupo compuesto por Eduardo Rozsa, Arpad Magyarosi, Michael Dwyer y Mario Tadic y Elod Toaso los dos últimos sobrevivieron a la matanza. Debemos señalar que varias veces el analista camba Carlos Valverde ha mostrado el listado de billetes de avión Santa Cruz – Caracas a nombre de Jorge Hurtado (uno de los nombres que usó Rozsa) pagado por la Embajada de Venezuela en La Paz. (el representante de Chávez ha sido cambiado por una dama) la pregunta formulada por el comunicador nunca ha sido respondida por la legación diplomática resultando hasta ahora evidente que Venezuela le pagó un pasaje de ida y vuelta al “acusado terrorista” porqué, para qué, de qué forma, son las preguntas que todavía están en el aire.

No ha sido posible ofrecer una sóla prueba bajo la acusación de Terroristas Separatistas con que quiso encasillar el aparato masista, no sólo a los muertos y detenidos, sino también a los supuestos financiadores de la operación. Es cierto que algunos de los acusados están fuera de Bolivia, aunque han reiterado por todos los medios que no regresan porque dudan con sobrada razón de la justicia y temen ser encarcelados o eliminados si regresan ahora mismo. La opinión pública recordó imágenes de los cadáveres desnudos de los acribillados en el piso del hotel Las América (cuatro piso) donde permanecieron 10 horas y fueron trasladados a la morque por la noche, en casos de plástico, aún sangrantes y apilados en una camioneta descubierta, qué horror! Y los DDHH no dijeron esta boca es mía ante tanta impiedad y deshumanidad de los operadores evistas!

Se describe con todo detalle que un alto funcionario de la represión del Gobierno estuvo en el mismo piso que los masacrados, un piso más abajo los pilotos venezolanos del helicóptero del Presidente y el piloto boliviano favorico de Morales. Las explicaciones que se dieron sobre la presencia de tales personajes en el hotel a la hora del crimen no son aceptables, ni valederas, lo que es evidente es que “la policía los dejó morir lentamente” . Las grandes pruebas se fueron cayendo, los tres testimonios fueron obtenidos a fuerza de torturas según declararon las víctimas revelando con detalles que se les obligó a imputar a líderes cívicos y empresarios orientales, incluyendo al Prefecto Costas, a jefes militares en retiro, a comunicadores y personalidades.

Llegó finalmente un hecho jurídico que le cortó las alas al tal Fiscal Soza, quién está acusado de contravenciones a la Ley y de ser actor de sendos juicios en su contra y de sus antecedentes al servicio de la dictadura de Luis García Meza, y es que la Sala Penal Segunda de la Corte Superior dejó sin efecto las actuaciones del fiscal Marcelo Soza hasta que se resuelva el conflicto de competencias que se ventila ante la Suprema para ver si el caso se radica en La Paz o Santa Cruz.

Celebró la judicatura que la Corte mayor de Sucre determinara que sea la Corte Cruceña responsable del Caso Rozsa y en ejecución de ésta medida, Marcelo Soza, claro está soportado y asistido por toda la batería de leguleyos del ministerio del Interior, regido por Rada, recusó a todos los magistrados y opinó que el caso sea atendido por la Corte más próxima en este caso la de Cochabamba.

Se ha solicitado la cooperación del Parlamento Europeo para acoger la demanda de Justicia de las organizaciones de DDHH de los tres países más Hungría cuyos ciudadanos fueron asesinados por Morales. “Apelamos a la Unión en vista del prestigio de que gozan, de su vocación por la Justicia y de ser el organismo más llamado a atender el pedido humanitario”, al mismo tiempo el abogado de uno de los detenidos ha incoado similar demanda ante las NNUU alegando haber sido sometido a torturas al igual que los tres inicialmente implicados como testigos, traídos ex profesamente de Santa Cruz a La Paz, torturas y malos tratos certificados por forenses competentes e indiscutibles. Se ha informado que la demanda va por buen pie y pronto se conocerán las actuaciones públicas.

El epílogo es que la Comisión inter partidaria de la Cámara de Diputados formada para investigar el caso habiendo comenzado su investigación con buen pie, fue perdiendo fuerza a medida que se transformó en una falange del Gobierno del MAS. Aún cuando no ha presentado su informe se adelanta que los diputados opositores de la Comisión presentarán el suyo. En suma lo obrado no arrojó resultado alguno favorable al Gobierno como habían esperado los masistas.

Pronto. Dentro de unas horas conoceremos la reacción judicial ante la nueva maniobra leguleya, pleitista, chicanera de Marcelo Soza que estaría haciendo méritos con la mira puesta en ser nombrado Fiscal General con el apoyo de Evo Morales. Mientras tanto, la fobia de Evo contra quienes no deja de llamar “separatistas. Terroristas. Traidores a la Patria” no cesa, crece de día en día a tiempo que su sentido de la justicia se achica como en el escarabajo de Kafka, hasta desaparecer por completo y aflorar su odio, su capacidad de intriga, su sed de venganza, olvidando que los muertos serán pasa siempre su pesadilla.