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miércoles, 20 de enero de 2010

Nomás enfrentarse a los corresponsables "tengo muchas diferencias con Venezuela" remarcó Piñera de modo que Evo será también arrinconado.

"Yo tengo muchas diferencias con la forma en que se están manejando los temas públicos en Venezuela. Y quiero decirlo con mucha claridad: esas diferencias son profundas, y tienen que ver con la forma en que se concibe y se practica la democracia, el desarrollo económico y mucho más", dijo a BBC Mundo el flamante presidente electo de Chile, Sebastián Piñera.
El triunfante candidato de la Coalición por el Cambio abrió así el juego en un terreno que, a decir de los expertos, se presenta como uno de los más exigentes para desarrollar cintura política: las relaciones internacionales.
En una conferencia con la prensa extranjera en Santiago, tras el triunfo en el balotaje ante el oficialista Eduardo Frei, Piñera se enfrentó a una materia que se había colado sólo de ratos en la campaña, concentrada más bien en temas domésticos.
Marcando distancia
De traje impecable, rostro descansado y vozarrón que aún mantiene el tono de arenga proselitista, el empresario aseguró valorar "la autodeterminación" de los países y anticipó que buscará nuevas "vías de integración" en la región.
"Hay modelos distintos, pero cada país tiene que escoger el propio", expresó.

Piñera tiene dudas sobre la forma en que se practica la democracia en Venezuela.
Según los observadores, el gobierno piñerista echará a andar habiendo marcado distancia con algunas naciones de la región y sus intereses, lo que podría poner en jaque su promesa integracionista.
Precisamente, en materia de lazos diplomáticos el líder de derecha recibe una pesada herencia de sus predecesores, quienes en las sucesivas presidencias de la Concertación se encargaron de mejorar las relaciones de Chile con el exterior deterioradas durante el régimen de Augusto Pinochet (1973-1990).
Y lo hicieron mirando, en gran medida, a los países latinoamericanos.
Eje de derecha
Piñera, en cambio, elogió ante todo el modelo de Francia y a su presidente Nicolás Sarkozy, de quien se reconoció "gran admirador".
En su equipo de trabajo, en tanto, señalaron a BBC Mundo que el empresario devenido presidente electo es "un líder conocedor de lo que ocurre en Europa" y tiene en mente promover vías de integración al modo de la unión que rige en el viejo continente.
Pero, ¿qué hay de los vecinos?
Aunque prefiere considerar caducas las categorías de "la izquierda" y "la derecha" y se define como un "defensor de la democracia", Piñera se ciñe a un eje imaginario que uniría a su país con Colombia, México y Perú, con cuyos gobiernos tiene obvia afinidad ideológica.
Del mandatario colombiano, Álvaro Uribe, y de su par mexicano, Felipe Calderón, el presidente electo se dice amigo.