El fiscal Marcelo Sosa ha decidido citar a José Pomacusi, director de la revista Poder y Placer y del programa de televisión No Mentirás, para que informe sobre a quiénes conoció en “La Torre”, lugar donde se dice que se reunían algunos ciudadanos cruceños con el hasta ahora enigmático Eduardo Rózsa, presunto mercenario de origen boliviano-húngaro, que sirvió en la vieja Yugoslavia y que fuera seguidor del Che Guevara para devenir en terrorista contratado (¿por quién?) para “organizar una guerra separatista” y ser ultimado en una acción policial.
El experimentado periodista ha respondido como corresponde. Está dispuesto a ir donde se lo convoque “con la esperanza de que no se invente una mentira. Esto me parece una falta de respeto (...) y un abuso de poder de un Estado cada vez más grande ante ciudadanos cada vez más chicos”.
El periodista ha ido al meollo de lo que está sucediendo. Principios básicos como el debido proceso, la presunción de inocencia y el respeto a la dignidad humana están siendo archivados en las gavetas del Ministerio Público, pues sus responsables parecen haber confundido el mandato constitucional de “defender la legalidad y los intereses generales de la sociedad” con el de defender los intereses de los actuales inquilinos del Órgano Ejecutivo.
Además de expresar la solidaridad de esta casa periodística con el colega Pomacusi, consideramos que es fundamental que esta investigación llegue a su término de una buena vez, porque su prolongación en el tiempo y la ampliación permanente de citaciones no parecen servir para develar el caso, sino para infundir miedo a quienes son considerados opositores al régimen. Habrá que estar atentos.
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