Hoy, Noam Chomsky, quien de cierta manera es considerado por Hugo Chávez como un antecedente ideológico -no le veo por dónde-, opina respecto a la detención de la jueza María Lourdes Afiuni, en Venezuela, acusada de corrupción por liberar a un empresario arrestado por mayor tiempo del que la constitución del país lo permitía. Le ha escrito al mandamás del Orinoco una carta pública demandando su libertad.
Dice Chomsky de la fragilidad de los cargos en su contra, y pide al presidente, por razones humanitarias, levantar la detención domiciliaria a la que está ahora sometida, después de una temporada en la cárcel, donde era constantemente amenazada por las presas con violación y muerte. Además, la jueza de 48 años fue sometida a una intervención quirúrgica por cáncer y su salud se ha visto debilitada. Chomsky entiende que la justicia en Venezuela, y otros lugares de la región dependen del ejecutivo de manera directa, lo que no condice con la prédica democrática y la independencia de poderes.
No podía el pensador ácrata norteamericano ser más preciso en el tiempo. Ahora que Chávez llora enfermedad y encomendándose como buen marxista de opereta al manto de la virgen, y a su señor Dios, apela a su solidaridad de enfermo para suavizar el ánimo que en su momento sugirió el paredón para ella. Otro balde de agua fría para el dictador, quien desde temprano quiso basar su discurso en altos pensamiento y filosofía, rodearse de o citar a inteligentes, que recurrió a García Márquez como espaldarazo intelectual de sus mixturados balbuceos. Patético milico con deseos de poeta, incluso hace poco en Cuba donde habló de oscuridades y abismos, y por poco no le echó un bolero bien regado de lágrimas.
Siento defraudar a los que prefieren la compasión a la ira. Nunca fui políticamente correcto y a decir verdad mejor me sentiría si ese bufón pasara a peor vida cuanto antes. Y si me lo desean de regreso, que lo hagan, que ninguno, ni el semidiós aymara ha de soslayar a la muerte.
No toca en lo mínimo mi piedad el hecho de que a este individuo le ande rondando la Pelona. Parafraseando a Rulfo, pediría que le diesen un poquito de pulque para que no le doliese tanto. Y pare de contar. Me asombro de escuchar a opositores y muchos otros rogando por su pronta recuperación. Que se recupere sí, pero en el infierno, en el caldero a donde ese otro gran vanidoso llamado Lucifer lo ha de arrojar.
Empecé con Chomsky y termino desbordado por las pasiones que acorralan a un hombre. A lo que iba es a que no todos, y no siempre, van a echarles flores a estos individuos, o darles doctorados, o vergonzosos honores de fútbol a quienes no saben jugar con hombría y se aprovechan del poder para abusar de sus contrincantes de turno (hablo de Evo Morales a quien entonces califiqué de marica, y marica sigue).
No sé si la jueza en cuestión esté ligada a corruptos. Ni me interesa. Me gusta que Noam Chomsky tenga la civilidad de criticar. Respecto al cáncer, al colon, la tripa, la cadera, o cualquier parte afectada del bocón, me importa menos... el como muera, pero que muera.
Claudio Ferrufino - Coqueugniot es escritor.
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