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martes, 25 de diciembre de 2012

en un texto de menos de 30 líneas El Deber tilda a Evo Morales de derroche y falto de austeridad. gastarse un millón de dólares en una fanfarronada no tiene nombre. utilizar avión presidencial en viaje a La Habana para no cumplir su objetivo es derroche, porqué no haber preguntado antes si podía ver a un Chávez moribundo? lo compara con Mujica de Uruguay


Bolivia es uno de los países más pobres de Latinoamérica, pero gasta como si fuera el más rico. Como si el dinero le sobrara. La austeridad no es precisamente el mejor rasgo de un Gobierno que postuló como uno de sus principales enunciados la lucha contra la pobreza. En todo caso, no se advierten señales claras de esa lucha ni de sus resultados, a seis años de la llegada de Evo Morales al poder. Y es el propio presidente que no predica con el ejemplo, después de haber encabezado las celebraciones del ‘solsticio de verano’ en la Isla del Sol, donde más de un millón de dólares fueron a parar a las gélidas aguas del lago Titicaca.
 Ni bien se apagaron los últimos ecos de los pututus saludando el solsticio, el jefe de Estado abordó su costoso avión y en compañía del canciller Choquehuanca, genio inspirador del acto que marcó la llegada de una ‘nueva era’, realizó un viaje relámpago a La Habana con el propósito de visitar en su lecho de enfermo al mandatario venezolano en aparente muy grave estado. Ese viaje, ida y vuelta, tiene un costo elevado que cubre, como tantos otros que realiza el presidente, el erario nacional. ¿En el equipo económico y financiero del Estado se llevará una cuenta detallada sobre lo que insume tanto periplo presidencial interno y externo?
Está lejos de emular el señor presidente del Estado Plurinacional a su colega uruguayo José Mujica, que ha ceñido a la más estricta austeridad su investidura y sus actos en un país más pequeño, acaso con menores recursos, pero mucho más próspero que el nuestro. Mujica vive, discreta y sencillamente, en su modesta vivienda donde dedica sus momentos libres a cultivar un pequeño huerto. Hace poco presentó un perfume con esencias naturales de su huerto para crear el primer Fondo Nacional de Arte en Uruguay. Una vieja ‘peta’ Volkswagen le sirve para sus idas y venidas.
“Yo no soy pobre, pobres son los que creen que yo soy pobre. Tengo pocas cosas, es cierto, las mínimas, pero solo para poder ser rico”, dijo Mujica hace poco en una entrevista.
En un país como Bolivia, pobre de solemnidad y afectado por tantas carencias, pero donde se gasta hasta lo que no se tiene, la austeridad tendría que ser siempre principal norma de conducta entre sus gobernantes.
Más aún en tiempos en que ni en las potencias económicas del mundo se incurre en tan irresponsables despilfarros.

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