CADA CUAL PAGA SU CUENTA
Hay que admitir que si bien no logran que se pierda totalmente nuestra
capacidad de asombro, los esfuerzos que hacen para no dejar ni un solo espacio
a la sorpresa, está desgastando a moros y cristianos. La anomia que ha logrado
la administración de gobierno en esta década pasada, se traduce en eventos que
asombran a cierta sociedad más acostumbrada a reglas de convivencia aceptables. Hoy, los sucesos cotidianos llegados a niveles de una violencia inaudita, se traducen en aberrantes crímenes,
feminicidios constantes, maltrato infantil, naturalización del alcoholismo y
otras conductas que están rompiendo peligrosamente, todas las normas de una
sociedad medianamente civilizada.
Estamos tan necesitados de comportamientos que nos alivien, que un policía
enfrentado a un delincuente, se convierte en un episodio central y destacado
del que todos se aferran para suplir las falencias de normalidad. Por supuesto
que es meritorio que el oficial haciendo su labor de protección a los
ciudadanos pretendiera evitar un atraco. Lo que no es aceptable, es su muerte
por la facilidad con que los delincuentes estén haciendo uso de armas de fuego
con absoluta impunidad. Estamos
adoptando aires de sociedades enfermas donde la peligrosidad es cosa habitual y
casi se entiende como aparejada con el
modernismo y el desarrollo. Pero esta aparente actitud de adaptación
inevitable, está socavando el espíritu
mismo.
No podemos pasar por alto, situaciones como la que se destacan en la
televisión local, donde conmovidos presentadores, piden ayuda a la población
para paliar tragedias que son de responsabilidad del Estado. Una familia de diez, en la cual existen tres
niños con seria discapacidad por una enfermedad degenerativa irreversible,
están sobreviviendo en condiciones infrahumanas y la más absoluta miseria. Lo
dramático, es que en los mismos diez minutos, tengamos contrastes ultrajantes
como las gestiones de ciertas autoridades para lograr la declaración de
patrimonio, al reciente faraónico museo en la localidad de donde es oriundo Evo
Morales. Con tan solo en 00,1 % de lo
erogado, esa familia podría recibir la atención y la medicación necesaria para
no tener que mostrarse de forma tan humillante
y dolorosa.
Si otros fueran los asesores del Presidente, podrían haberle sugerido
remozar y ampliar la pequeña vivienda rural y desplegar allí, los preciados objetos
de la niñez. Dotar a la población de servicios básicos indispensables y ciertas
comodidades para hacer de Orinoca, un encantador y atractivo pueblo. Pero no.
Tenían que levantar una tremenda construcción, hacer un despliegue de recursos
y sobre todo, ignorar la realidad de la pobreza y el abandono circundante. Hay
algo de maldad en esa demostración. El
no haber siquiera pensado en los vecinos y habitantes del lugar del que seguro
es hijo predilecto, es doloroso. Pero ya
no tenemos dudas. Evo Morales, está más allá de cualquier sugerencia que
contraríe sus propios deseos y caprichos. Y lo que es peor, todos aquellos que
lo rodean, no tienen la capacidad de poner por delante de los apetitos
personales, lo que puede ser bueno para el país en su conjunto.
Todo esto está condimentado en dos celebraciones, por dos razones
diferentes y en la misma fecha. El 21 de Febrero de 2016, la ciudadanía tomó la
decisión de cortar con las aspiraciones prorroguistas del MAS y ante la
arremetida oficialista que pretende desconocer los resultados de ese
referendo -que con toda claridad se
opuso a la reforma de la Constitución para viabilizar una nueva postulación-,
ha decidido realizar una serie de concentraciones reafirmativas. Como el oficialismo está empeñado en el
desconocimiento de los resultados, quiere establecer el mismo día y a la misma
hora, sus propias movilizaciones sin poder disimular, la verdadera
intencionalidad que no es otra que hacer una demostración de fuerza, que
pretenderá atemorizar a los opositores ciudadanos.
Lo que es muy arriesgado, es que están perfectamente secundados por nada
menos que el mero Ministro de Defensa quien ha hecho un abierto llamado a
enfrentar a unos con otros, es un total desconocimiento de las reglas
democráticas que mal que le pese, aún rigen este país. Las posibilidades que
sus movimientos sociales ya experimentados en estas lides, provoquen, son muchas.
Es más, infiltrar unos avezados activistas en las propias filas de los
opositores a fin de crear el caos necesario para agredir y distorsionar la
verdad de los hechos no es una afirmación muy lejana. En buen romance, están viendo una oportunidad
de oro para -como ya lo han hecho antes-, asignarle a los otros una situación
que ellos mismos tratarán de desencadenar. Y esta es una más de las enseñanzas
adquiridas en Venezuela.
Como venimos diciendo hace ya una década, es incomprensible el afán con el
que viven disparándose al pie. No hay
una sola actitud que denote acercamiento, conciliación, abrir la posibilidad de
un diálogo que baje las tensiones. Por el contrario, todos los esfuerzos están
dirigidos a exacerbar la profunda grieta que consideran su carta ganadora. No
se detienen a pensar siquiera, que pagarán por ello, un precio absurdo. Y cada
vez se les hará más difícil, que sean otros los dispuestos a correr con la
cuenta.
Karen Arauz
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