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viernes, 11 de mayo de 2007

Quién podría explicarle al Presidente

Que la democracia es justamente la posibilidad y el derecho de expresar el ciudadano sus puntos de vista, sus opiniones sin restricción alguna, que igual derecho rige para los partidos por tanto los que hoy están en el bando de oposición a su Gobierno. Que cuando los opositores realizan actuaciones políticas dentro y fuera del Congreso Nacional están en su pleno derecho, puesto que lo normal es que el disenso, la discusión, el debate se de fundamentalmente en el seno de ambas cámaras, en lugar buscar el escenario de las calles, de las carreteras, para debatir los temas que afectan al pueblo boliviano.
Por tanto, convocar a los ministros, oír sus informes, cuestionarlos aprobarlos o censurarlos es parte sustancial del derecho y una manera de funcionar la Democracia. Por realizar estas actuaciones camarales no tiene el Presidente que "anatemizar, insultar, menospreciar y adjetivizar" a los representantes de los partidos políticos que anteriormente estuvieron en el ejercicio del poder.
Mala nota obtiene el Presidente por el trato despectivo, ofensivo y poco caballeroso con que califica a los opositores que no hacen otra cosa que cumplir con lo suyo, así lo marca la Constitución, de ésta manera funciona la Democracia.
Con los insultos y denuestos no se obtiene nada bueno, más al contrario se ahondan los resentimientos y rencores, acrecienta el odio y convoca al instinto de rec hazo que hace explosión cuando menos se espera en deterioro del clima de comprensión, de amigable disenso en que debe transitar la Política Nacional.