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sábado, 20 de octubre de 2007

Alfonso Gumucio critica a Evo y a Chávez

Primera Plana pone ante sus ojos, la noticia, el acontecimiento mayor de cada dia ocurrido en Bolivia. Por las características del blog, este acontecimiento va resumido con un punto de vista periodístico. Alfonso que habitualmente publica en Bolpress acaba de analizar el rol de Venezuela en Bolivia, su contento inicial por la ayuda del primero al segundo, su desilusión por la conducta de Chávez que se ha ido tornando en "grandilocuente" y diríamos nosotros "muy pagado de sí mismo". La segunda parte del artículo que aquí reproducimos es tan realista que se aplica cien por ciento a raíz del último incidente de Viru Viru: Veamos:

Alguien debería aconsejarle al Presidente Chávez que se entrene frente a un
espejo, para ver si él mismo se lo cree. Pero me temo que Chávez es como Evo, no
escucha consejos de nadie. Es lamentable constatar que el poder ciega y aísla
los mandatarios que no tienen la capacidad de ver más allá de su círculo de
aduladores.
Lo triste de todo esto es que estos personajes populistas con tan
enraizada ambición de poder, pierden la perspectiva de los procesos de cambio
social, al querer convertirse ellos en el símbolo único y eterno de esos
cambios. Hay que tener la gran generosidad y la sabiduría de un Nelson Mandela,
para retirarse a tiempo, para evitar apropiarse a la fuerza de procesos que le
pertenecen a los pueblos, no a los caudillos.
Entre las torpezas de una boca
demasiado afecta al discurso y demasiado afectada cuando discursea, están las
declaraciones que ha hecho en el mejor estilo de “Rambo” sobre la situación
boliviana. El Presidente Chávez dice que la oligarquía de Bolivia tiene que
cuidarse de interrumpir el proceso democrático y de derrocar a Evo Morales,
porque “el pueblo venezolano no se quedará con los brazos cruzados”. Eso de no
quedarse con los brazos cruzados puede querer decir muchas cosas… ¿A qué se
refiere Chávez con esa amenaza? ¿Una intervención militar? Por favor, eso no
tiene cabida en América Latina actualmente. ¿Qué más puede ser? No lo sabemos,
ni nos interesa.
Lo peor es que esa verborrea paternalista de Chávez no le
hace ningún servicio a Evo Morales. En lugar de fortalecer al gobierno
boliviano, lo debilita. Ya hay demasiada gente en Bolivia y en el resto del
mundo, que está convencida de que el gobierno venezolano es quien gobierna
Bolivia a través de Evo Morales. Eso me parece un despropósito, una exageración
interesada que no resiste un análisis serio, pero lo cierto es que declaraciones
como las del Presidente Chávez contribuyen a afirmar esa idea en el imaginario
colectivo.
Todo país tiene su dignidad y a ninguno le gusta que otra nación,
por muy amiga y solidaria que sea, intervenga en sus asuntos internos. Podemos
agradecer a Venezuela y al Presidente Chávez, el apoyo que brinda a Bolivia en
los programas concretos de cooperación en salud, en educación y en otros
sectores, incluido el apoyo a las Fuerzas Armadas, pero le agradeceríamos más,
si dejara a un lado ese lenguaje paternalista, arrogante e irresponsable con el
que trata a Bolivia y al gobierno boliviano.