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martes, 2 de octubre de 2007

Bolivia Admite que no tiene gas suficiente

Primera Plana pone ante sus ojos, la noticia, el acontecimiento mayor de cada dia ocurrido en Bolivia. Por las características del blog, este acontecimiento va resumido con un punto de vista periodístico. La declaración del responsable de YPFB aparece en el más importante diario del continente La Nación y contiene elementos preocupantes. Qué fue de las grandes reservas?

El sueño de vivir con gas boliviano, la solución natural para la crisis energética argentina, está por lo menos postergado. Lo reconocieron públicamente, en las últimas horas, tanto el gobierno de Evo Morales como las petroleras que operan en Bolivia: ya el año próximo podría haber restricciones en el fluido que la Argentina le compra a ese país. En estos días, además, el precio que se paga desde aquí subirá, por el alza del petróleo, un 18 por ciento. No será sencillo para el próximo gobierno. La Argentina tiene un contrato con Bolivia por 7,7 millones de metros cúbicos diarios de gas, pero últimamente recibe menos de 5 millones. No es que no necesite más: es que Brasil, el principal cliente boliviano, demanda todo y a veces más de lo que tiene contratado, 30 millones. El panorama podría complicarse más adelante. Según el convenio que el presidente Néstor Kirchner firmó con su par Evo Morales, Bolivia debería enviarle a la Argentina, a fines de 2009, 16 millones de metros cúbicos diarios, tres veces más que lo actual. Para colmo, el contrato dice que la prioridad la tienen Brasil y el mercado interno boliviano: la Argentina está en tercer lugar. El Gobierno suele decir que habrá gas suficiente para abastecer a las dos nuevas centrales eléctricas que arrancarán en 2008 en Timbúes y en Campana, porque se hará el Gasoducto del Nordeste, que traerá fluido desde Bolivia. "¿Habrá gas para 2009? ¿Se llenará ese caño?", le preguntó anoche LA NACION a Yussef Akly, vocero de la Cámara Boliviana de Hidrocarburos, que agrupa a las petroleras. Claro y conciso: "No está fácil -contestó-. Hay indiscutiblemente restricciones". No por nada, el gobierno argentino le ha pedido a Siemmens, la constructora de las centrales, que reforzara las calderas para que pudieran quemar gasoil en lugar de gas. Ya Guillermo Aruquipa, presidente de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), había dicho anteayer al diario boliviano La Razón que el año próximo habría dificultades para cumplir con los mercados interno y externo. "Los resultados de las inversiones podrían verse -dijo Aruquipa- sólo en 2009. No es como sembrar la papa para cosechar el siguiente año. Hasta la papa se espera un año. La yuca [mandioca] incluso tiene que esperar a veces dos años para crecer un poco más." La Argentina tiene con Bolivia un contrato de 7,7 millones de metros cúbicos diarios, pero le compró en el último trimestre, dada la demanda de Brasil, menos de 5 millones. Hace dos meses, el ministro de Planificación, Julio De Vido, rebosaba de optimismo durante un acto en la Casa Rosada: calculaba que el plan Energía Total, un subsidio oficial para las fábricas que usen gasoil en lugar de gas, permitiría ahorrar 5,8 millones de m3. Con ese ahorro, decía De Vido, se les podría dar más gas a las usinas y sumar 800 megavatios al parque generador. Esos 800 MW equivalen, por ejemplo, al consumo de luz de la ciudad de Córdoba. A fines de agosto pasado, en plena crisis energética argentina, Bolivia anunció una disminución en los envíos de gas a la Argentina y la suspensión temporal del fluido con que abastece a Cuiabá, Brasil. Debía cumplir con los volúmenes que exige Petrobras para San Pablo. La frazada es corta: Bolivia produce 40 millones y destina a su mercado interno 6 millones; Brasil tiene contratados 30 millones y a veces pide más, y la Argentina, 7,7 millones. Resultado: hay un déficit de casi 4 millones. Nuestro país recibe lo que se puede y cuando se puede. Flaco favor "A la Argentina no se le van a entregar más de 5 millones el año próximo", insistió Akly. El problema es que la demanda crece aquí casi sin freno. Para colmo, la cláusula de ajuste trimestral que firmó Kirchner permite que, en estos días, el precio que se paga a Bolivia suba de 5,08 a 6 dólares por millón de BTU [unidad de medida británica]. Aruquipa dijo que se haría en el último trimestre del año, lo que significa un costo extra de unos 70 millones de dólares anuales para el Estado argentino. Brasil, que paga US$ 4,40, también sufrirá un incremento. Ambos contratos se actualizan por una canasta de combustibles sustitutos del gas. En rigor, Kirchner le hizo un gran favor a Evo Morales cuando firmó, hace un año, el actual precio y desencadenó el enojo de Brasil, que quería negociar en conjunto y por menos. El valor significó un referente económico para muchas petroleras que pensaban abandonar Bolivia después de la nacionalización de hidrocarburos anunciada en mayo de 2006. Esos 5 dólares son, por ejemplo, mucho más atractivos que los 2 que se pagan internamente aquí, lo que constituye una de las causas de la caída de reservas. El favor de Kirchner será probablemente uno de los argumentos que expondrá el próximo gobierno para evitar que se le corte el gas, pese a estar, tal lo firmado, tercero en las prioridades de abastecimiento. Por Francisco Olivera