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miércoles, 3 de octubre de 2007

El extraordinario evento de Expocruz

Primera Plana pone ante sus ojos, la noticia, el acontecimiento mayor de cada dia ocurrido en Bolivia. Por las características del blog, este acontecimiento va resumido con un punto de vista periodístico.

Expocruz una hermosa realidad
Mauricio Aira

Se ha repetido el éxito precedente en la 32ava versión de la Feria Exposición de Santa Cruz de la Sierra convertida en una vitrina de la pujanza, el desarrollo, la magnificencia de una región que ha sabido combinar el trabajo creador con los recursos naturales y la capacidad financiera para ofrecer éstos resultados. Dos mil doscientos expositores de los que 800 llegaron de casi una veintena de naciones, 450 mil visitantes, con una rueda de negocios que movió 130 millones de dólares, dió trabajo a 50 mil personas en forma directa y por el efecto multiplicador. Con orgullo de bolivianos debemos afirmar que es el mayor logro que confirma el extraordinario crecimiento de Santa Cruz, parte substancial de la Patria.

Los diarios locales han competido entre sí para documentar el suceso mostrando facetas de la febril actividad que durante 10 días ha mantenido la atención con resultados que influyen en las labores productivas. Llamaron la atención las empresas cambas como la Cooperativa Saguapac y Entel y Cotas por la calidad de los stands presentados según concluye un estudio in situ de Captura Consulting que se interesó en conocer las percepciones del público que vieron una Expocruz muy mejorada en cuanto a la calidad de las ofertas comerciales, además de los aspectos educativos, innovadores, llamativos y de entretenimiento que firmas como Entel, Tigo Viva, Saguapac, Cotas, Opal, Aero Sur y otras supieron exteriorizar.

Al margen del éxito estrictamente comercial fuerza es reconocer que mientras el Gobierno Central hace todo lo posible para señalar con el dedo a Santa Cruz como tierra de oligarcas, latifundistas, explotadores y extranjerizantes, los resultados están a la vista en el aumento de población puesto que la sóla ciudad de Santa Cruz estaría por encima del millón y medio de habitantes, en los niveles de integración, no se conocen casos concretos de segregación o marginamiento, de bienestar con retribuciones salariales aceptables. En nuevos empleos, de actividades empresariales y con el disfrute de libertades ciudadanas que se constituye en el real motor que genera toda la bonanza.

No se puede entender que la confrontación impulsada por la Administración del MAS esté dirigida precisamente a combatir el estado de cosas vigente en Santa Cruz, donde cambas y collas se pusieron de acuerdo hace ya varias décadas para construír juntos una sociedad común integrada en el más alto concepto de bolivianidad. Acontecimientos como Expocruz tienen que tomarse como clara señal de la forma de entendimiento que preferimos los bolivianos al margen del odio racial, de la revancha por los “500 años de sometimiento” y de toda la retahila de slogans que propaga la desunión y el separatismo.

La sociedad boliviana tiene que asimilar la realidad que Expocruz exhibe en su vitrina, lanzarse al impulso estimulante de pequeñas y medianas empresas en toda la cadena productiva, integrar a ricos y pobres, hombres y mujeres collas y cambas en tareas de esfuerzo recíproco sin mirar atrás, sin detenerse en las diferencias que quizá existieron un día, pero que hoy están ya superadas.

El cambio está aquí en la nueva imagen de laboriosidad, modernidad de conjunción que nos ofrece Expocruz, a partir de los cambios estructurales que se dieron desde 1952 y que pasando por la diversificación, contra la monoproducción minera impulsó la explotación de la tierra basada en los recursos humanos del colla, del camba, del chaqueño de todos los pueblos que se congregaron en Santa Cruz. El derecho del campesino empezó con la Reforma Agraria cuando dejó su condición de pongo para convertirse en asalariado y accedió con el voto universal a las urnas en igualdad de condiciones que los letrados y citadinos. Por tanto no ha lugar a la prédica de los 500 años de ostracismo, o de gobiernos de pocas familias cual si en Bolivia jamás se hubiera producido el cambio con los campesinos que se incorporaron a la vida nacional cuando VPE proclamó “ya no habrá más pongueaje, ni trabajo gratuito, no habrá más obligaciones para con los patrones” para ir edificando la igualdad política plena que sería fruto del ascenso del campesinado en las escuelas, los cuarteles, las universidades. Ya nunca más existió una barrera legal, un impedimento jurídico para su liberación.

No es justo proclamar la descolonización ahora, medio siglo después del 9 de abril, ni el daño a la humanidad cuando en una sociedad como la oriental pueden participar todos sin esclusión alguna, ni justificar que en todos los foros se repita la misma cantaleta, el mismo discurso que muchas ONGes despistadas predican y sobreviven artificialmente desde hace una década.