el tema del diálogo, que tanto se ha solicitado y que no se quiere aceptar por la premisa planteada por dirigentes cívicos y prefectos que desearan la reposición de los recortes al IDH y el reencausamiento del tratamiento de la NCPE, anulando los vicios cometidos. al parecer la firme posición de ambos planteamientos hace retroceder al gobierno, que está haciendo intervenir a las fuerzas armadas con un pronunciamiento inusual "el diálogo sin condicionamientos o saldremos a hacer cumplir la Ley" lo que podría significar mayor represión y violencia. reflexiones sobre la propuesta de Centa aparecida hace pocos minutos en www.hoybolivia.com
Después de tocar a todas las puertas y de vociferar promesas de diálogo auténtico y sincero. Después de insistentes apariciones en las que desde el Vicepresidente, pasando por los Ministros, voceros y hasta el Presidente, decían clamar diálogo a la oposición, prefectos y cívicos. Después que el Presidente visitó personalmente al cardenal Julio Terrazas para pedirle que interceda y medie en el diálogo que supuestamente deseaba mantener con sus opositores, soslayando las muchas veces que desafió a la Iglesia y que su gobierno planteó que este poder no tenía que inmiscuirse con ningún asunto terrenal. Después de haber hecho conocer la noticia de que su Embajador en el Vaticano estaba tratando de agendar una audiencia con el Papa, nos encontramos que el portavoz de la Presidencia, Álex Contreras, advirtió sin tapujos que el gobierno no aceptará que la oposición ponga condicionamientos a la reinstalación del diálogo. Sabemos que las prefecturas y cívicos han exigido revisar la constitución desde su primer vicio de nulidad y reponer los recursos del IDH, que han sido quitados a los departamentos productores de hidrocarburos.
Finalmente no entendemos a qué tipo de tuja juega el gobierno, pues después de los atropellos cometidos cree que los representantes departamentales van a aceptar entrar en un diálogo "piedra libre", sin ningún contexto de seguridad de que los atropellos sufridos serán superados y que evidentemente existe la seguridad de que no será otra dilación para frenar el proyecto de autonomías departamentales que hoy por hoy tiene brújula, Norte y luz propia.
Contreras, se atrevió a señalar que la petición de condiciones de parte de la oposición es una "falta de voluntad política clara, real y concreta para dialogar", al tiempo de rechazar las demandas interpuestas por los prefectos señalando "para nosotros no existe recorte. Para nosotros existe un redistribución de recursos económicos" (refiriéndose a la usurpación del IDH).
Según el vocero presidencial la agenda del diálogo "piedra libre" se debe ir construyendo en el camino. Según parece este gobierno pretende seguir a la canción de Joan Manuel Serrat, "caminante no hay camino, se hace camino al andar", claro que esto lo dijo el cantautor de los años sesenta, en circunstancias distintas, hablando poéticamente de la libertad y no de la falta de compromiso y de respeto por los otros con los que se convive y con los que se tiene la obligación de formular un proyecto, serio, creíble, equitativo y sostenible.
El Vicepresidente, el Presidente y el Vocero, plantean que se debe restituir la unidad del país, pero en el vocabulario de estos fieles discípulos de Maquiavelo, la unidad es nada más y nada menos que la opresión de pueblos enteros, de culturas consolidadas por un partido político y un gobierno que se plantea como el gran concentrador del poder económico y político. Ellos intentan satanizar las autonomías departamentales, sólo porque son un real y serio proyecto de desconcentración del poder, razón por la que estos centralizadores recalcitrantes las califican de separatistas, disgregadoras del país, cuando más bien se constituyen en la única salida capaz de salvar al Estado boliviano sumido en una de las peores crisis de su historia.
En el mismo contexto, el Comandante en Jefe de las FF.AA, permanentemente sobornadas por el gobierno, han salido a alertar a las regiones que de no acatar el llamado al diálogo saldrán a defender la "unidad de la patria y el respeto a la constitución", exigencia que no es un pedido sino un chantaje y una franca amenaza con hacer uso de la fuerza en caso de que los autonomistas no se "sometan" al diálogo piedra libre.
Al gobierno se le están chispoteando los cables, realmente están entrando en una espiral de locura.