Primera Plana pone ante sus ojos, la noticia, el acontecimiento mayor de cada dia ocurrido en Bolivia. Por las características del blog, este acontecimiento va resumido con un punto de vista periodístico. Justamente ahora, en la sede del Cardenal Terrazas se reúnen los obispos del área social para estudiar la mejor forma de contribuír al diálogo interrumpido entre el Presidente Morales y los opositores. El diálogo es considerado la única vía para romper el hielo, el empantamiento mientras el tiempo avanza y los plazos se acortan para realizar los actos soberanos de consulta popular sobre las autonomías. La Prensa ofrece hoy una detallada crónica sobre el tema, de la que extraemos el siguiente trozo:
La Constitución Política del Estado tiene que ser la expresión de un auténtico pacto social, el reflejo fundamental de unidad e inclusión de los habitantes (…) El actual proyecto de Constitución no expresa el verdadero pacto social de unidad e integración entre los bolivianos. La nueva CPE no puede ser un instrumento para generar y perpetuar hegemonías personales, sectoriales, partidarias o de Gobierno; tampoco puede consagrar una visión parcial del Estado y de la sociedad. Por el contrario, debe reflejar el pensamiento y la sensibilidad de la mayoría de la población. La vigencia de los derechos civiles y políticos puede encontrarse gravemente comprometida por el amplio margen de discrecionalidad del Estado; por ejemplo en la aplicación retroactiva de sanciones penales para algunos delitos, en la configuración apropiada del delito de traición a la patria, en las limitaciones jurídicas y no morales a la libertad de expresión como corresponde. El proyecto de la CPE reconoce el derecho a la vida como fundamento de todos los demás. Sin embargo, es esencial e indispensable precisar que este derecho existe desde la concepción del ser humano como indica el Pacto de San José de Costa Rica en su artículo 4, hasta su muerte natural. Al no indicar desde cuándo se tiene derecho a la vida se crea un vacío legal que puede ser malinterpretado a favor de la interrupción voluntaria de la gestación. No es democrático que en el proyecto de Constitución se niegue la ciudadanía y se discrimine, en el derecho político a ser elegido, a todos aquellos bolivianos que sólo hablan un idioma oficial, ya sea castellano o una sola lengua indígena.