Primera Plana pone ante sus ojos, la noticia, el acontecimiento mayor de cada dia ocurrido en Bolivia. Por las características del blog, este acontecimiento va resumido con un punto de vista periodístico. Germán Gutiérrez Granier nos abre los ojos al informar la verdad sobre lo ocurrido en Tarabuco que no fue ningún cabildo, sino una reunión de funcionarios estatales, llegados de otros departamentos, en vehículos estatales y pagados por el Estado para vender gato por liebre.
El imaginar o suponer que las cosas tienen un rumbo a características en beneficio propio no solo distorsiona la realidad sino que alimenta esperanzas que terminarán en frustraciones de proporciones mayúsculas en quienes creyeron en los portadores de la mentira o la exageración.
Si algo hay que resaltar en el comportamiento político del MAS es justamente una visión del mundo que se basa sobre su puro deseo que por lo general esta lejos de lo que en sucede.
Con gran alharaca y en complicidad con sus medios de comunicación, se ha informado de un Cabildo Abierto Campesino en la localidad de Tarabuco del departamento de Chuquisaca, en el que han tomado decisiones caracterizadas por la pura confrontación.
Primero habrá que aclarar que lo que se ha realizado en Tarabuco no ha sido un Cabildo, a lo más que ha llegado es a una reunión partidaria, convocada, ejecutada por el MAS y financiada con recursos estatales.
El Cabildo Abierto es una forma de democracia que directa tiene sus orígenes en el régimen municipal de los siglos XII y XIII, en el que el vecindario participaba en la designación de sus autoridades. En América estás facultades fueron ampliadas tomando decisiones importantes que afectaban a la comunidad.
Entonces si algo sobresale en el concepto de cabildo es que los reunidos no son parte de una fracción política, vale decir de un partido político pues en el Cabildo participan los vecinos sin distinción alguna y se toman decisiones en asamblea.
Mientras en Tarabuco se reunieron unos de ocho mil militantes masistas, entre ellos funcionarios prefecturales y dirigentes nacionales del partido oficialista de otros departamentos que se desplazaron en cómodas movilidades pertenecientes al Estado, en Sucre los Cabildos efectuados reunieron a los vecinos sin adscripción partidaria específica y en un rango que fluctúa entre las doscientas mil a las cincuenta mil personas.
Por otro lado el esfuerzo de crear una imagen de división en Chuquisaca entre ciudadanos del campo y de la ciudad está dentro de las fantasías gubernamentales, lo que sí existe y hay que admitirlo con valentía es que el MAS está cada vez más lejos de la ciudadanía, la que por decisión propia ha asumido mayoritariamente una actitud de oposición a Evo Morales y al MAS. Seguramente la ratificación de lo dicho estará en los resultados futuros emergentes de las urnas en el proceso electoral prefectural en ciernes y del referéndum sobre la autonomía que deberá también desarrollarse en breve en Chuquisaca.
Es evidente que la burocracia sindical campesina oficialista ha abusado de su condición dirigencial implicando a los campesinos de Chuquisaca en sus manejos partidarios al margen de la voluntad de miles de hombres y mujeres del campo cuya preocupación principal está en resolver los dramas producidos por los desastres naturales antes que otorgar apoyos a un desconocido como insensible exprefecto.
Ante semejante despliegue de recursos económicos y humanos el MAS terminó pariendo una reunión anémica de sus militantes traslados a la fuerza como en los mejores tiempos del neoliberalismo y de las dictaduras. La amenaza de convocar a más de cincuenta mil ciudadanos que después de su reunión partidaria se constituirían en cercadores de la ciudad de Sucre resultó otro chiste de mal gusto de los estrategas de la violencia que creen tener ejércitos dispuestos para la guerra pero que solo llegan a tener unos cuántos burócratas mamones bien pagados que la pasan muy bien organizando el despelote, lo que más bien e inevitablemente los va a conducir a la más contundente de las derrotas políticas.
¿Cabildo en Tarabuco, cuál cabildo?