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jueves, 16 de octubre de 2008

con doloroso acento centa reck pide: liberen a los presos políticos!

Aunque algunos(as) del gobierno han osado salir a la palestra pública tratando de cambiar la sintonía de la ciudadanía o, como comúnmente se dice, invertir los términos de identificación de agresores y agredidos, o en lenguaje más vernáculo, volcar la tortilla; debemos aclarar que nada en este mundo puede justificar la violencia ejercida desde el Estado las acciones violentas que se ejecutan desde el núcleo mismo de quienes detentan el poder a titulo del gobernante sobre los gobernados.
La estrategia de los que tienen la manija del poder desde el gobierno se ha atrevido a plantear que ellos son los perseguidos y amenazados, tratando de dejar de lado el hecho de que los pueblos sólo tienen en sus manos la protesta, el repudio o el scrach frente al uso de la fuerza y el poder desmedido utilizado por una maquinaria estatal que tiene el uso y abuso del poder a través de disponibilidad de dinero, de la maquinaria del gobierno, de las fuerzas armadas, de la policía y milicias pagadas para armar una guerra sin cuartel en pos de la toma del poder total.
El gobierno actual no puede hablar de que se encuentra perseguido ni hostigado cuando simplemente está recibiendo uno que otro acto de protesta de parte de una ciudadanía que está siendo agredida permanentemente, cercada por huestes milicianas y ahora perseguida, asaltada, secuestrada, violada en sus derechos, maltratada, sometida a prácticas terroristas y por último encarcelada y sin derecho a la defensa ni a gozar de los beneficios de la ley.
No hay un sólo argumento que resulte valido frente a la andanada de acciones violentas en las que incurre una y otra vez el Ejecutivo, con ministros que están cazando ciudadanos opositores como animales, que se encapuchan y entran en horas de la madrugada a secuestrar, avasallar y golpear ciudadanos que sólo han hecho uso de su legitimo derecho a disentir y a oponerse a prácticas atentatorias contra sus derechos y libertades.
No existe parangón, ni punto de comparación entre la fuerza irracional que maneja el MAS y el gobierno, los millones de dólares que tiene en sus manos para hacer estrategias y acciones represoras, las armas y los ejércitos que mantiene de su lado, el uso a gran escala de la propaganda, frente a ciudadanos que lo único que tienen son sus convicciones, el gran amor que profesan a su tierra, su sentido cívico, su arraigo, su profunda fe y convicción de que nada es más valioso que la libertad, que no hay mayor riqueza ni bien sobre la tierra que ejercer su derecho a disentir, a tener su propia ideología, a elegir su afiliación política, a no ser discriminado por raza, tendencia política o credo.
Los ciudadanos que salen a abuchear al vicepresidente, a los ministros, los que rodean a los que consideran traidores a la práctica del pluralismo de ideas y libertades sólo con las manos vacías, con su enojo espontáneo, con su lucha por la libertad, no hacen más que ejercer un derecho que está avalado en las repúblicas libres y que no se han adscripto a un régimen dictatorial, porque se sabe que el que no tiene la maquinaria estatal, tiene que señalar donde esta maquinaria lo apabulla, donde lo maltrata, lo violenta y lo aniquila.
Leopoldo Fernandez, Vaca, Benitez y ahora Jorge Melgar, son víctimas y no victimarios. Ellos, no tienen el poder necesario para armar una estrategia contra el poder maquinado desde el palacio de gobierno. Ellos sólo han tropezado con la máquina arrolladora del poder que no acepta límites y que no tiene piedad ni compasión por aquellos que se han decidido a aplanar y guillotinar.
La cárcel por motivos políticos es el signo emblemático de la represión, es el sino de la desmesura, de la implementación innegable de un régimen penitenciario, de una sociedad panóptica donde el que no está con la ideología única tiene que ser destruido y está condenado a ser un muerto en vida.
¿Qué peligros corre el MAS y un gobierno que billetea al brazo policial y armado del país, y puede pagar milicias para que hagan verdaderas superproducciones de demostraciones de fuerza?Los griegos decían que la desmesura en el poder sumada a la falta de piedad y compasión por el enemigo es el móvil que desencadena la tragedia.
Liberen a los presos políticos, libérenlos y dejen de alimentar el odio y el rechazo que surge de la violencia y el abuso.