Bachelet, Chile y la UNASUR
Mauricio Aira
La presidente Michelle Bachelet no está en condiciones todavía de afirmar que UNASUR es un organismo oficial y reconocido por los países que suscribieron la carta de intenciones para que actuara como una especie de OEA chica, limitada a los países del sur del continente del que es presidente ad-ínterin. Ni siquiera el parlamento chileno le ha dado respaldo legal. Senadores y diputados consideran que la nueva entidad no representa formalmente al Congreso, menos aún el denominado “parlamento sudamericano”, cuya sede debería funcionar en San Benito, Cochabamba aún cuando no existe la resolución formal de cada uno de los doce gobiernos que estarían incluídos en la Unión de Naciones, y que ni siquiera cuenta con un estatuto orgánico, y menos aún con los recursos económicos necesarios para su implementación. Por tanto UNASUR no existe más allá de la instrumentalización de Hugo Chávez que ha planeado contar con el organismo para sus planes de expansión ideológica y asentar allí toda la geopolítica del “socialismo del siglo veintiuno” y su relacionamiento con Rusia e Irán.
El nuevo cuadro político surgido en Venezuela a raíz de las recientes elecciones con la aparición de grandes bolsones de resistencia al chavismo y de victoria para la democracia hacen pensar que por insuficiencia de recursos y menor voluntad política de los doce, la acariciada Unión no pasará de ser otro intento de modificar el alineamiento de los suramericanos, sujetos como el resto del planeta a la inconmensurable crisis del siglo.
La Bachelet sin embargo acicateada por Chávez y en la esperanza de tenerlo a Morales de su lado que resulta siendo el primer presidente de Bolivia que no reclama por la Reivindicación Marítima meta sagrada para el alma nacional, y accede con gusto a respaldar sus iniciativas tomando para sí un rol importante cuando crea la comisión para investigar las muertes en Pando, cuando accede al nombramiento de Rodolfo Mattarollo como responsable a sugerencia de la presidente Cristina Fernández quién conoce “las habilidades y recursos” del argentino según nos lo previniera Emilio Martínez en artículo profusamente leído.
Una primera conclusión que publicitó Mattarollo es que hubo masacre en Porvenir perpetrada por autonomistas que arremetieron contra campesinos masistas ante la pasividad de autoridades pandinas. Aún cuando el informe no ha sido publicado en detalle puesto que de las manos de la chilena ha pasado a las del Jefe de Estado Morales los adelantos del informe han provocado la justa reacción que ”humilla a los pandinos, ha castrado la verdad porque nos ha privado de conocerla a fondo”, según el senador Roger Pinto. De entrada hay diferencia sobre el número de muertos que los fiscales estiman en 13 y Mattarollo en 18, si bien al cabo de casi 80 días del suceso, a pesar de los detenidos, de los exiliados la verdad no aflora.
Resulta que para Chile, el informe constituye una importante contribución de la Unión “al derecho, a la justicia y a la superación de la impunidad en la región” (¿?) No se ofreció a la prensa ni siquiera el resumen del contenido del documento entregado por los doce, uno por cada país en un acto protocolar que su aparato de prensa mapochino ha difundido en claro mensaje de apoyo a su dócil colega aymara. “Se nos ha pedido esperar para difundir su contenido” el que será entregado en el Palacio Quemado posiblemente al retorno de su inquilino principal que como sucede cada quince días en su administración de tres años se encuentra en el exterior, ésta vez y cuándo no para reunirse con Chávez quién le ofrecerá sin duda las directivas variantes después de su “agridulce victoria” del 23.11, y para propagandear las maniobras navales entre venezolanos y rusos, aunque el título oficial de la cita sea para Analizar los efectos de la Crisis Económica, que para el caso boliviano será de “no más cheques en blanco para ganar el apoyo campesino” y restricciones a las ayudas como la construcción de un dique en las afueras de Trinidad que los expertos estiman costó medio millón de dólares, aunque en el informe oficial (boliviano-venezolano) aparece inflado en más de cinco millones de dólares”. Basta ojear los diarios caraqueños para confirmar la protesta que provoca entre patriotas venezolanos el despilfarro en que incurre el gobierno chavista.
Preocupa el efecto político-propagandístico de dicho informe por ahora reservado cuyo contenido a estar por declaraciones de Juan Gabriel Valdés ex-canciller chileno e integrado a la comisión Mattarollo, será revisado y analizadas las recomendaciones que contiene en una próxima reunión a celebrarse en Salvador, Brasil. Si algún lector se pregunta de dónde salen los recursos para tanto gasto, 40 días a tiempo completo, viajes de Buenos Aires a Santiago, a La Paz, Santa Cruz, Pando y Brasil, no tan sólo de los doce comisionados sino de los técnicos y asistentes, y adivina la respuesta tendrá una explicación de a quién sirve el informe y con qué fines.
Mauricio Aira
La presidente Michelle Bachelet no está en condiciones todavía de afirmar que UNASUR es un organismo oficial y reconocido por los países que suscribieron la carta de intenciones para que actuara como una especie de OEA chica, limitada a los países del sur del continente del que es presidente ad-ínterin. Ni siquiera el parlamento chileno le ha dado respaldo legal. Senadores y diputados consideran que la nueva entidad no representa formalmente al Congreso, menos aún el denominado “parlamento sudamericano”, cuya sede debería funcionar en San Benito, Cochabamba aún cuando no existe la resolución formal de cada uno de los doce gobiernos que estarían incluídos en la Unión de Naciones, y que ni siquiera cuenta con un estatuto orgánico, y menos aún con los recursos económicos necesarios para su implementación. Por tanto UNASUR no existe más allá de la instrumentalización de Hugo Chávez que ha planeado contar con el organismo para sus planes de expansión ideológica y asentar allí toda la geopolítica del “socialismo del siglo veintiuno” y su relacionamiento con Rusia e Irán.
El nuevo cuadro político surgido en Venezuela a raíz de las recientes elecciones con la aparición de grandes bolsones de resistencia al chavismo y de victoria para la democracia hacen pensar que por insuficiencia de recursos y menor voluntad política de los doce, la acariciada Unión no pasará de ser otro intento de modificar el alineamiento de los suramericanos, sujetos como el resto del planeta a la inconmensurable crisis del siglo.
La Bachelet sin embargo acicateada por Chávez y en la esperanza de tenerlo a Morales de su lado que resulta siendo el primer presidente de Bolivia que no reclama por la Reivindicación Marítima meta sagrada para el alma nacional, y accede con gusto a respaldar sus iniciativas tomando para sí un rol importante cuando crea la comisión para investigar las muertes en Pando, cuando accede al nombramiento de Rodolfo Mattarollo como responsable a sugerencia de la presidente Cristina Fernández quién conoce “las habilidades y recursos” del argentino según nos lo previniera Emilio Martínez en artículo profusamente leído.
Una primera conclusión que publicitó Mattarollo es que hubo masacre en Porvenir perpetrada por autonomistas que arremetieron contra campesinos masistas ante la pasividad de autoridades pandinas. Aún cuando el informe no ha sido publicado en detalle puesto que de las manos de la chilena ha pasado a las del Jefe de Estado Morales los adelantos del informe han provocado la justa reacción que ”humilla a los pandinos, ha castrado la verdad porque nos ha privado de conocerla a fondo”, según el senador Roger Pinto. De entrada hay diferencia sobre el número de muertos que los fiscales estiman en 13 y Mattarollo en 18, si bien al cabo de casi 80 días del suceso, a pesar de los detenidos, de los exiliados la verdad no aflora.
Resulta que para Chile, el informe constituye una importante contribución de la Unión “al derecho, a la justicia y a la superación de la impunidad en la región” (¿?) No se ofreció a la prensa ni siquiera el resumen del contenido del documento entregado por los doce, uno por cada país en un acto protocolar que su aparato de prensa mapochino ha difundido en claro mensaje de apoyo a su dócil colega aymara. “Se nos ha pedido esperar para difundir su contenido” el que será entregado en el Palacio Quemado posiblemente al retorno de su inquilino principal que como sucede cada quince días en su administración de tres años se encuentra en el exterior, ésta vez y cuándo no para reunirse con Chávez quién le ofrecerá sin duda las directivas variantes después de su “agridulce victoria” del 23.11, y para propagandear las maniobras navales entre venezolanos y rusos, aunque el título oficial de la cita sea para Analizar los efectos de la Crisis Económica, que para el caso boliviano será de “no más cheques en blanco para ganar el apoyo campesino” y restricciones a las ayudas como la construcción de un dique en las afueras de Trinidad que los expertos estiman costó medio millón de dólares, aunque en el informe oficial (boliviano-venezolano) aparece inflado en más de cinco millones de dólares”. Basta ojear los diarios caraqueños para confirmar la protesta que provoca entre patriotas venezolanos el despilfarro en que incurre el gobierno chavista.
Preocupa el efecto político-propagandístico de dicho informe por ahora reservado cuyo contenido a estar por declaraciones de Juan Gabriel Valdés ex-canciller chileno e integrado a la comisión Mattarollo, será revisado y analizadas las recomendaciones que contiene en una próxima reunión a celebrarse en Salvador, Brasil. Si algún lector se pregunta de dónde salen los recursos para tanto gasto, 40 días a tiempo completo, viajes de Buenos Aires a Santiago, a La Paz, Santa Cruz, Pando y Brasil, no tan sólo de los doce comisionados sino de los técnicos y asistentes, y adivina la respuesta tendrá una explicación de a quién sirve el informe y con qué fines.