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martes, 25 de noviembre de 2008

votar NO es amar la libertad, revelarse contra la muerte y el atropello, decir NO es estar presente cuando estalla la violencia!

Una campaña sui generis y poco convencional se alzó con el NO en contra del proyecto de constitución que intenta aprobar el Gobierno.
Comenzó de manera imprevista y salió a caminar las calles calurosas y polvorientas, con pies descalzos, con ropaje sencillo, pero con la fuerza que tiene la voz de los pueblos cuando se manifiesta rotunda y poco amiga de la rimbombancia.
No podemos negar que ha sido gráfica y creativa la manera en que el NO se plantó en las calles y de un día para otro se transformó en carteles portados por los monumentos y escritos con letra firme y sin reparar en la caligrafía, ganándose los espacios televisivos y los diarios sin pagar publicidad, ni contratar expertos.
La manera en que apareció nos lleva a pensar que puede transformarse en una moda contagiosa, popularizarse de tal manera que muchos digan NO con sus camisas, con distintivos, con papeles que se pueden convertir en una especie de verborrea del NO, con la ciudad hablando entera de decir NO.
Contrastando con la opinión de algunos analistas que califican a esta forma de hacer campaña como proclive al desorden que auguran poca efectividad y que se preocupan porque creen que incluso estaría mostrando dejadez y pobreza, consideramos que aunque es sin lugar a dudas bastante bizarra, podría ser incluso calificada de gótica y no sistemática, pero tiene la enorme ventaja de llevar impresa una respuesta que ha salido de manera espontánea del pueblo que, cansado de ser testigo de los acontecimientos violentos que le desagradan, comienza a reaccionar por motus, fuerza e iniciativa propia.
Por supuesto que la dirigencia debería aprovechar esta muestra de lealtad del pueblo, este No tan claro que se debe canalizar a favor de la causa democrática por la que los ciudadanos se juegan una vez más.
Es increíble la forma en que los pueblos se manifiestan como un termómetro de sus causas, saliendo a marcar la temperatura que quieren imprimir a sus demandas, de tal manera que el NO que ha comenzado a crecer como un hongo por techos, monumentos, piedras, losetas, se trasmite en las encuestas que acaba de presentar Equipos Mori, que nos plantea el 43% de las preferencias ciudadanas por la constitución contra el 36% que la desaprueba y un índice del 21% de indecisos.
Pero como si esto fuera poco, las encuestas vuelven a rayarnos el mapa de un país dividido, partido en dos partes irreconciliables, profundamente polarizado por su forma de ser, ver y vivir.
Más que un país son dos países declarados por las formas en que se agrupan las percepciones a favor y en contra, por la manera en la que contrastan los proyectos y la elección de una visión país en dos partes claramente bifurcadas.
De un lado están Santa Cruz, Tarija, Sucre y el Beni, Cochabamba al centro, como una frontera dividida, el centro del empate que sigue siendo catastrófico y que a pesar de los contubernios políticos que han pactado y de la violencia que intenta definir la cancha es un empate en la cabeza de la gente, en el corazón y en el estómago de la gente que no acepta que le impongan una forma de vida que rechaza y un modelo de país que no cala en su conciencia.
Las personas encuestadas declaran no conocer el texto constitucional en un alto porcentaje que oscila entre el 64 y 71%. En occidente se percibe el arraigo de la consigna, están de acuerdo con el Estado comunista y de economía planificada que les propone el MAS, mientras que en los llanos y valles las personas apuestan a la democracia, quieren gozar de libertades y de derechos y se muestran resistentes a dejarse avasallar por la idea de depender del Estado, de dejarse tomar y abusar por el Estado.
Esta dicotomía se convierte en la razón por la que el Oriente y los Valles plantean que el proyecto de constitución del MAS dividirá al país, mientras el Occidente quiere mantener los ojos vendados y apuesta a la posibilidad de que esto no suceda, tal vez dando por descontado que se impondrán y avasallarán los pueblos del Oriente y el Valle que no coinciden con sus propósitos.
A los que son excesivamente formateados los puede haber desconfigurado este NO que nace sin consignas; a algunos incluso les ha provocado disgusto y a muchos los ha dejado sorprendidos e inseguros que la campaña por el NO al proyecto constitucional del Mas se hubiera iniciado de una manera atípica y poco común. Sin embargo, podemos decir que el NO está presente, que ha roto el silencio y que no se debe criticar cómo ha nacido, ni en que calidad de papel que escribe, mucho peor por el hecho de que se muestre descontraído y tan poco convencional.
Todos estamos llamados a alentar esta voz que ha dado su veredicto, tenemos que darle nuevas formas creativas, colocar el NO en cada puerta con el papel que sea, con letra de niña, mujer, joven rebelde, hombre trabajador o ejecutivo.
El NO es una respuesta a los atropellos, una reacción de seres que aman la libertad y que se rebelan contra los que no respetan los principios y los derechos de los pueblos. El NO se ha apuntado en la agenda y ha dicho presente. (Texto de Centa Reck)