El Estado de sitio destruye de inicio cualquier acto o comicio electoral
Un acto electoral en medio del Estado de sitio en Pando es ilegal y absurdo, y aun cuando es cierto que estamos atravesando los peores tiempos de credibilidad y de fe pública, los consensos caen en desprestigio, frente a una población paralogizada por la crisis de valores, principios y respeto a las normas.
Constitucionalmente el Estado de sitio es una medida de excepción que puede ser adoptada por el Gobierno, en casos de grave peligro por causa de conmoción interna o guerra internacional. El Presidente con dictamen afirmativo de sus ministros lo declara en parte o en todo el territorio nacional.El más elemental razonamiento, no sólo jurídico, sino lógico sostiene que, en un estado excepcional, dentro del sistema democrático vigente, no pueden realizarse algunos actos ciudadanos, como por ejemplo, el de elecciones y otros, que exigen como una condición irrenunciable, el ejercicio irrestricto de todas las libertades y garantías ciudadanas.Hay que recordar que ocurridos los sucesos en Pando, donde se registraron enfrentamientos entre campesinos y seguidores del ex prefecto Leopoldo Fernández, hoy en prisión, el Presidente decidió echar mano del Estado de sitio, iniciando a la vez una serie de apresamientos, allanando domicilios y confinando a varias personas acusadas de ser cómplices de lo que ha denominado, la masacre de campesinos.Lo cierto es que el Estado de sitio resulta una figura contrapuesta a cualquier acto electoral, allá donde tenga vigencia, es decir que cualquier pretensión gubernamental de proseguir con el referendo fijado para el 25 de enero del próximo año, cuando se decidirá sobre el proyecto de la nueva Constitución Política del Estado, estaría viciado de nulidad.La insistencia del Gobierno de sostener la medida de excepción en Pando, hace sospechar además, a mucha gente, sobre el propósito que tendría para anular todo tipo de oposición política, hasta último momento y dejar sin posibilidad a posiciones contestatarias de los planes gubernamentales.El Estado de sitio en Pando, en la perspectiva del acto electoral del próximo año, no sólo que ha originado problemas en la jurisdicción de ese departamento, sino que por esta situación devienen una serie de complicaciones dentro del cronograma electoral nacional. Nunca el país había vivido una situación similar en anteriores oportunidades. En este asunto, si por un lado está la falta de coherencia entre la práctica política del oficialismo y la transgresión a la norma constitucional que garantiza las libertades ciudadanas, por otro lado está el antecedente de la palabra empeñada del vicepresidente Álvaro García Linera, quien a tiempo de acordar la ley de convocatoria al referéndum constitucional con la oposición congresal, había prometido que de manera inmediata sería levantada la medida de excepción en Pando.Todo esto se incumplió, y aun cuando es cierto que en política y en muchos otros aspectos de orden nacional, estamos atravesando quizá los peores tiempos de credibilidad y de fe pública, aquellos consensos tan ponderados por unos y otros, caen en desprestigio, frente a una población paralogizada por la crisis total de valores, principios y respeto a las normas.