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viernes, 9 de enero de 2009

los bolivianos de verdad votaremos por el NO. NO al misterioso y clandestino manipuleo pre y post.NO en repudio a la violencia

Patria y vida por Bolivia!! Votar NO, recomienda María Elena Claure Villarroel haciendo honor a su patronímico y como descendiente del gran presidente Gualberto Villarroel, quién fuera el primero en convocar al Congreso de Campesinos en 1945.

Los principales voceros del gobierno se han dado a la tarea de despertar en los bolivianos sentimientos de culpabilidad e incertidumbre pregonando a boca llena que de no aprobarse el proyecto de Constitución del MAS se estarían truncando las autonomías departamentales, los derechos de los pueblos o naciones indígenas originarios campesinos, la renta Dignidad y el bono Juancito Pinto. Hacen apreciaciones mucho más severas como que se generará violencia o guerra civil de no aprobarse su proyecto.
El gobierno tiene clara la figura: o logra apoyo populista irresponsable o logra sumisión presionando la tranquilidad de los bolivianos con afirmaciones alarmistas que no condicen con el espíritu democrático. Lo que intencionalmente olvidan decir es que por mandato de la Ley 3364 de Convocatoria a la Asamblea Constituyente, se establece claramente que de no refrendarse afirmativamente el proyecto en el referéndum, queda vigente la Constitución de 1967 reformada en 1993 y 2004 con cambios e interpretaciones constitucionales que fueron realizadas en un marco de preservación democrática.
¿Qué sucedería si no es aprobado el proyecto de Constitución que ocasionó dolor y enfrentamiento en las familias bolivianas? 1) Queda vigente lo conseguido hasta ahora; una autonomía departamental refrendada positiva, legítima y legalmente en cuatro departamentos, que para su implementación inmediata sería suficiente una Ley interpretativa del Congreso de la misma naturaleza que permitió la elección de Prefectos. 2) En cuanto a los derechos de los pueblos indígenas originarios campesinos el actual ordenamiento jurídico y la jurisprudencia constitucional determinan claramente la participación de los pueblos y naciones indígena originarios campesinos en los beneficios sobre la explotación de los recursos renovables, derecho que es y ha sido ejercido desde la ratificación por el Estado boliviano del Convenio 169 de la ONU. 3) Sobre el derecho al autogobierno de los pueblos son claros los datos que demuestran que de los 329 Municipios el 72% de las autoridades de los mismos se adscriben como indígenas originarios campesinos, ejercicio de poder que han conseguido por voto universal, libre, secreto y obligatorio que es una conquista de la Ley de Participación Popular. A nivel nacional, la representación parlamentaria que detentan ha sido fruto de la reforma constitucional del año 1993 que implementó las circunscripciones uninominales. 4) En lo que falta del actual mandato constitucional, es decir hasta diciembre del 2010, es factible introducir una reforma parcial o una reforma total a la Constitución que haga posible sanear el prontuario de irregularidades del actual proyecto.
Ahora bien, no es problema constitucional el sostenimiento económico de la renta Dignidad (Bonosol pagado en mensualidades) ni del bono Juancito Pinto. Ese es un problema gubernamental de visión económica y responsabilidad social en el manejo de los recursos e ingresos del Estado; para eso se elige Presidente y éste a sus colaboradores. A ellos no les vendría mal analizar el discurso del Presidente cubano Raúl Castro ante su Parlamento donde reconoció que uno de los problemas fundamentales en la isla es la falta de exigencia sistemática a todos los niveles.
Al mismo tiempo anunció "la eliminación de gratuidades indebidas y los subsidios excesivos, de lo contrario sencillamente las cuentas no cuadran" y "actuar con realismo y ajustar todos los sueños a las verdaderas posibilidades". Abolió "prohibiciones excesivas" y permitió a los cubanos el acceso a hoteles, rentar autos y móviles, comprar ordenadores y microondas, e inició el reparto masivo de tierras estatales en usufructo. Otorgó créditos, dictó medidas de descentralización y elevó los precios que el Estado paga a los productores, para aumentar la producción de alimentos. Los bolivianos que creemos en nuestra patria y en la vida votaremos NO al proyecto de Constitución producto de mesas clandestinas pre y post constituyente. NO en repudio a la violencia física y jurídica que se utilizó en su aprobación. NO en rechazo por la burda manipulación de las aspiraciones y derechos de los pueblos indígenas campesinos. NO porque tiene contradicciones de mala fe que nos condenarán a vivir con un abogado bajo el brazo. NO porque nos ha enfrentado y enfrentará a nuestros hijos sean del campo o de la ciudad. ¡Patria y vida por Bolivia! ¡Vota NO!