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viernes, 13 de febrero de 2009

el oficialismo ha fracasado. la oposición está semi paralizada. a quién recurrir? a la juventud noble, generosa, valiente dispuesta a la lucha por B.


Apelación a la juventud boliviana
Mauricio Aira

Por las calles de Caracas se ha manifestado la juventud venezolana en actitud noble y heroica no exenta de peligros para oponerse a la eternización del caudillaje autócrata que oprime al pueblo. Su presencia ante el mundo, ha sido la más clara señal de oposición a Chávez cuyos ejemplos sigue al pie de la letra su pupilo Evo Morales, que ha hecho aprobar contra viento y marea una Constitución que permitirá su reelección también indefinida.

Al comprobar que la oposición en Bolivia lo mismo que en Venezuela ha sido desarticulada, diezmada y desprovista de medios, corresponde el relevo a las fuerzas juveniles. Tendrán que ser nuestros jóvenes emulando lo sucedido en Cochabamba el 11 de enero del 2007 que levanten el estandarte de la libertad, de la honestidad, del verdadero amor a la Patria. A su valor y coraje tenemos que encomendar nuestras esperanzas dado que los mayores no tienen ni la capacidad, ni la visión de oponerse al monstruo de las siete cabezas serán nuestros jóvenes que encontrarán la forma de detener la vorágine y lo harán armados de su nobleza, de su pureza de ideales, de su arrojo y valentía.

El equipo de radicales que ha tomado el poder, está destruyendo las instituciones de la Patria una tras otra a título de la necesidad de cambio, de reivindicación, de justicia comunitaria. Sus ideólogos recogidos de los ultras de ETA y de paraguerrilleros latinoamericanos tupamaros, senderistas, FARC, piqueteros y otros menores que pululan en las oficinas públicas y en los medios oficialistas unos como asesores, otros como voluntarios y otros más como grupos de choque son carne de cañón y material siempre disponible para implementar la toma de tierras, la protesta callejera, la persecusión política, la agitación que perturba la vida nacional.

Además se ha sembrado la inseguridad ciudadana, todos temen por sus bienes, sus familias, sus garantías individuales. Las mlicias masistas, legión de desocupados que se agrupan diariamente en plazas y mercados de todo el país, no trabajan, no producen están ahí para ejecutar todas las tareas posibles como hacerle la vida imposible a los opositores, que deben actuar bajo presión permanente para cumplir su rol en el parlamento y en las escasas tribunas donde todavía, gracias a la prensa libre combatiente, pueden dejar oír su voz.

La juventud detendrá la corrupción que está más generalizada que nunca en las aduanas, en caminos, en la burocracia masista que se ha colmatado de analfabetos y ladronzuelos, en las alcaldías y en la administración de la educación a todo nivel amén de las empresas estatales como YPFB. Los jóvenes organizados por cursos de las universidades, por colegios secundarios y profesionales, de la ciudad y del campo tomarán el relevo y en nombre de sus padres y hermanos asumirán la tarea de echar por tierra los ídolos de barro y de llujt´a, que están levantando el becerro de coca en pleno hall del palacio presidencial.

Si es evidente que el corrupto Santos Ramírez está siendo “ofrendado a su pachamama” bajo la condición de dejar intacto el instrumento político de los cocaleros que pretextando la puesta en marcha de la Ley de Leyes quieren incinerar la Biblia y el Crucifijo, desmoronar los cimientos de la nacionalidad tal cual la concibieron los Libertadores, y la edificaron nuestros padres y antecesores, desconocer que hubo ya en 1952 una Revolución que fulminó el pongueaje y la mita, dotó de tierras a los originarios y concedió el voto universal.
Don Bosco que dedicó su vida a los jóvenes en quienes veía la esperanza del mundo, emulando a Jesús que vió en Juan su discípulo amado la esperanza de unir al mundo en la fraternidad y la solidaridad que está reclamando nuestra Bolivia en éstos tiempos de sufrimiento y angustia. Son nuestros jóvenes la esperanza cierta, real y efectiva, los que lograrán que la Patria se mantenga unida porque tienen la sabiduría y la fuerza, sin necesidad de armas ni de muertes, los jóvenes se impondrán por su valor moral, por su profunda Fe en Dios que le da sentido pleno a la vida. Se pretende inducir a las nuevas generales a despojarse de la idea de Dios, de religión, de aceptación de las verdades eternas contenidas en los Evangelios, todo a cambio de un nuevo orden, cuyos frutos los hemos estado viendo en los tres años del experimento “originario comunitario” que quieren imponer.

Por cierto que predican viejas teorías como si fueran nuevas, sobre el maravilloso mundo en que vivían los originarios hace 500 años, que los cristianos se inventaron la cruz, la sociedad y las armas para someter a los pueblos. Que deben ser exterminados los explotadores y oligarcas porque detrás vendrán los justicieros para ofrecernos un mundo de felicidad. Cuánta falacia y engaño!