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jueves, 19 de marzo de 2009

una vez más la diplomacia estadounidense olvida agravios y parece avenirse a recomponer una averiada relación claro que muy condicionada

el periódico La Razón cuyo traspaso a capitales venezolanos ha sido negociado por el controvertido ministro Quintana en Madrid, se está convirtiendo en forma disimulada en el portavoz oficioso del gobierno masista. hoy nos da (hace pocas horas) su versión acerca de una prolongada reunión del canciller Choquehuanca con algún funcionario subalterno de la embajada norteamericana que todavía quedan en La Paz. el comunicado indirecto recoge los puntos de vista del gobierno de E.Morales sobre los temas bilaterales que se están sin duda conversando, primero por mediación de Lula y segundo a ruego del mismo Evo, que se ve en figurillas para asumir una serie de temas, especialmente el narcotráfico sin la cooperación de los estadounidenses. en el seno de la policía y de las propias FFAA han surgido voces, que no se puede desechar, sin motivos valederos la cooperación yanqui, aunque una reactivación de las RREE con la casa blanca, dejará mal parado al protagonista jefe de estado, que tanto ha hecho para averiar los contactos, en incontables ocasiones.
recogemos un fragmento del despacho del diario citado, que tendrá que cambiar de nombre, o llamarse "la nueva", algo así a órdenes del oficialismo:


Estamos trabajando un nuevo acuerdo marco con EE.UU. donde se tiene que reconocer la soberanía y dignidad de los bolivianos" dijo Choquehuanca a los periodistas tras firmar en La Paz convenios de colaboración con su homólogo paraguayo, Alejandro Hamed.
El ministro de Relaciones Exteriores aseguró que hay "una permanente comunicación" entre las misiones diplomáticas boliviana y estadounidense para mejorar las relaciones entre ambos Gobiernos, con "nuevas reglas de juego" basadas en el respeto.
Apuntó que ya se han celebrado algunos encuentros, si bien la intención es formar comisiones de trabajo específicas y organizar reuniones tanto en Bolivia como en Washington para avanzar en estos objetivos.
El Ejecutivo de Evo Morales quiere "relaciones positivas y constructivas" y no de "intromisión" con Estados Unidos, que, según Choquehuanca, entendió que Bolivia es "un país digno" por muy "pequeño" que sea su Gobierno o independientemente del grado de desarrollo.
En EE.UU. "están conscientes de que tienen que respetar a las autoridades bolivianas", dijo el jefe de la diplomacia, quien puso como ejemplo la lucha contra el narcotráfico, en la que antes los militares o policías de Bolivia "tenían que pedir autorización" a la Agencia Antidrogas estadounidense (DEA).
"Ahora la autoridad en este tema va a ser Bolivia", subrayó el ministro, quien no cerró la puerta a la cooperación de Estados Unidos. "Si Estados Unidos quiere cooperar, lo agradeceremos", dijo.
Las relaciones entre La Paz y Washington se encuentran en uno de los momentos más fríos de su historia después de que Morales expulsara al embajador Philip Goldberg, al secretario segundo de la legación estadounidense y a los miembros de la DEA.
El mandatario boliviano declaró a Goldberg persona "non grata" el pasado septiembre bajo la acusación de conspirar contra su Gobierno y ayudar a sus opositores, y poco después prohibió las actividades de la DEA en Bolivia.
EN respuesta, el Gobierno de Estados Unidos expulsó al embajador de Morales en Washington, Gustavo Guzmán, y suprimió a Bolivia los beneficios arancelarios que concede a los países andinos por sus esfuerzos contra el narcotráfico.
Seis meses después, Morales, que se proclama anti-imperialista, empleó el mismo argumento de la conspiración para expulsar de Bolivia a Francisco Martínez, secretario segundo de la embajada estadounidense en La Paz.
Además, Morales vinculó a Martínez con supuestas infiltraciones de la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU. (CIA) en la petrolera estatal Yacimientos Petroleros Fiscales Bolivianos (YPFB), afectada por un grave caso de corrupción. LA PAZ, EFE