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lunes, 11 de mayo de 2009

el triple crimen del 16 abril sigue ocupando la atención del país. se sucede el debate conforme aparecen nuevo hechos delatores que van decantando...


Lecciones de Crimen y Castigo
Mauricio Aira
A propósito del triple crimen cometido por órdenes de Evo Morales en el Hotel las Américas el pasado 16 de abril y cuando nos acercamos a los 30 días del sangriento suceso llaman la atención la serie de preguntas sin respuesta que edición tras edición formulan los medios si bien algunas de ellas están siendo tamizadas por la muy singular tarea de algunos comunicadores que no dejan pasar detalle y nos vienen ofreciendo sus deducciones.
Si la dramática historia que Dostoievski nos ofrece en su inmortal obra, trata de Ródion Raskolnikov el estudiante pobre de derecho en la ciudad de Moscú que vio trabado su sueño de culminar los estudios por la falta de medios, hasta que concibe la forma de conseguirlos planeando y dando muerte a la anciana usurera. El crimen de los tres huéspedes del hotel ha sido resultado de una larga persecución, seguimiento si se quiere de los viajeros, que al parecer llegaron a Bolivia con la esperanza de obtener un trabajo en su especialidad, la protección de seguridad a empresas y personas que ofrecieron en Bolivia, especialmente en Santa Cruz ante la evidente amenaza del régimen masista de invadir la región, confiscar los bienes de los empresarios, perseguir, encarcelar y dar “castigo” a los opositores al originario presidente Morales.
Se intentó de todo. Intriga, volteo de la información, divisionismo, penetración de espías y soplones, crímenes cometidos especialmente en San Julián, Warnes, Plan 3000, para rebajar la influencia y el poder del movimiento autonomista después de aquella célebre concentración al pie de Cristo Redentor que había congregado a más de un millón de ciudadanos. El régimen quedó con “un ojo en tinta” y a partir de entonces desarrolló una serie de acciones, a cual más descabelladas como la invasión a la ciudad que no se llegó a producir a última hora, temerosos los invasores que la juventud cruceña llegase a reaccionar y apalease a los desaforados, como lo hizo la juventud cochabambina aquel 11 de enero en que les propinó una histórica pateadura y logró echarlos de la ciudad a sus guaridas en El Chapare, El Alto, la provincia Omasuyos.
Ródion el de CyC cuando decide asesinar a la prestamista no lo hace para robarle solamente, sino que la consideraba un ser humano inútil a la sociedad, “un piojo que sólo puede entorpecer a quienes la rodean”. Esos “los mercenarios terroristas deben ser ejecutados”, amenazan al Gobierno constituído, y sobre todo están armados por los oligarcas, los capitalistas, los enemigos del indigenismo, han venido para causar daño. Luego vendría la acción de los operadores de la violencia oficial, nada de intimarlos a rendirse, nada de desarmarlos o tomarlos presos, “hay que liquidarlos” y la orden se cumplió al pie de la letras, aunque dejaron dos testigos, uno que al parecer era el soplón, cuya vida tenía que respetarse y otro que sí, era parte del grupo y que está dando las pautas de lo que ocurrió en verdad.
Raskolnikov en la novela asumió que la sociedad se halla dividida en dos tipos de seres humanos, en los seres superiores que tienen derecho a cometer crímenes en pro del bienestar general de la sociedad, éstos son los mandamases, los que están en el árbol, y disfrutan de todos los beneficios, mientras que los seres inferiores que deben ser sometidos a las leyes, sujetos a las autoridades que “ellos les imponen” fiscales y jueces elegidos a dedo. No vale ya que se trate del pobrecito de Orinoca que sin zapato alguno correteaba por las colinas de los Andes pidiendo y recibiendo limosnas de los viajeros de la carretera, ni del cornetista de las bandas musicales contratados para el carnaval, ni del jugador de fútbol que de secretario de deportes trepó a “máximo ejecutivo” de los cocaleros. Ahora es el hombre superior, el perdona vidas, que no siente arrepentimiento alguno por el crimen cometido y que no teme castigo de Dios, porque no cree en El, ni de los hombres, porque todos son cómplices de los oligarcas y vendepatrias.
Y las preguntas surgen. ¿Porqué no se hizo nada para detener la trama subversiva si la inteligencia de Evo consideraba su peligrosidad como una amenaza a la seguridad del Estado? ¿Porqué se esperó que sobreviviese tan largas semanas? De ser evidente que por órdenes del ministro Rada, el may Juan Bayá Flores y el teniente Alfredo Crespo Coria hicieron contacto con el ajusticiado Eduardo Rozsa, cuáles fueron los resultados, y ¿porqué no se lo detuvo entonces de existir evidencias de su criminal actividad? ¡El otro detalle es el contacto comercial con Tropical Tours, no resulta extraño que se trate de la misma empresa que organiza las actividades de viajes, reservaciones, programas del ente oficialista como la Casa Militar y las tripulaciones militares del transporte presidencial!
Dostoievski consigue que el protagonista de CyC , luego de atravesar una lucha de conciencia prolongada y dolorosa, en un genial proceso sicológico se arrepienta y confiese sus crímenes, cuando se dio cuenta que él Ródion Raskolnikov no había sido el ser poderoso que podía disponer de vidas ajenas, y que había sido nomás un ser mortal con sus luces y sombras y arrepentido se entrega a la justicia y cumple el castigo físico, de trabajos forzados en la gélida Siberia donde es recluído.
Ojalá y accediendo a nuestro sentimiento cristiano “Dios no quiere la muerte del pecador, sino que se convierta y viva” se espera que el presidente indigenista reflexione, sea tocado por el Espíritu Santo y se arrepienta, cuando llegue a la conclusión de ser también un ser humano sin derecho a matar y con la obligación de cumplir y hacer cumplir la Ley que el mismo régimen mandó acuñar.