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martes, 15 de diciembre de 2009

de la democracia a la autocracia. titula LT y confirma nuestro análisis de hace un año. se viene el cesarismo o autocracia más secantes.

Cuando hace ya casi cuatro años Evo Morales asumió la Presidencia de la República en su discurso inaugural manifestó su satisfacción por haber ganado el gobierno, pero también dijo que aún no tenía el poder. Y que su propósito era seguir avanzando hasta lograrlo.

Qué entendía, y todavía entiende por obtener el poder es algo que ya está claro. Se trata del poder total. Un poder absoluto, sin nada que le imponga límites. Un poder que reúna alrededor de una sola voluntad, la suya, todos los poderes del Estado.
Y ahora, tras haber logrado desmantelar completamente a la oposición cívica regional y tras la rotunda manera como avasalló en las urnas, se puede afirmar que está a sólo un paso de coronar con éxito tan ambiciosa aspiración.

El Poder Legislativo, la ahora llamada Asamblea Legislativa Plurinacional, estará bajo el control total del Poder Ejecutivo. Los pocos senadores y diputados de la oposición están condenados a no tener más que un papel decorativo, sin ninguna posibilidad de influir en la toma de decisiones. Sólo servirán para darle un aspecto de pluralidad a lo que en los hechos será un escenario monopartidista.

Pero lo que es peor es que incluso la nutrida bancada oficialista será sólo parte de una escenografía cuya única función será darle un aspecto de independencia a lo que en los hechos no será más que una ficción de poder independiente. Los asambleístas del MAS se limitarán a representar un libreto cuyo guión no será escrito en la sede del Congreso, sino en el Palacio Quemado.

Así lo confirma, con mucha anticipación, el anuncio hecho por los verdaderos legisladores, los que desde hace ya mucho integran un Poder Legislativo paralelo, de facto, cuyos miembros no fueron elegidos por ninguna elección popular, sino que fueron designados desde el Poder Ejecutivo con la misma libertad con que se designa al gabinete ministerial.

Ese Poder Legislativo real, que ya funciona como un apéndice del Poder Ejecutivo, es el que ha asumido hace mucho tiempo la tarea de elaborar las leyes que regirán nuestro país durante los próximos años. Los legisladores ficticios, los elegidos en las urnas, no tendrán que hacer nada más que darle un aspecto formal a su aprobación.

Las primeras cinco leyes de un paquete de más de 100 ya figuran en la agenda de la Asamblea Legislativa aún no posesionada. Ellas son las de Lucha contra la corrupción, Pensiones, Autonomías, reformas del Poder Judicial y Educativa Avelino Siñani, Seguro Agrícola y Seguro Universal de Salud (SUS). Las leyes ya fueron elaboradas por los legisladores de facto, sólo falta que se cumpla el rito formal.

Entre todas ellas, la más relevante es sin duda la que impondrá radicales reformas al Poder Judicial. Tan importante asunto no será objeto de ningún debate; no habrá posibilidad de que alguien critique siquiera el proyecto de ley. Seguramente pocos días serán suficientes para que la Asamblea Legislativa ponga en manos del Ejecutivo el control total del tercer poder. Con lo que cuatro años después de haber alcanzado el gobierno, el presidente Evo Morales podrá decir que también tiene el poder total. Ese día se podrá afirmar que en Bolivia se inauguró un régimen autocrático.