José María Bakovic Turigas, ex Presidente del Servicio
Nacional de Caminos Institucionalizado, actualmente Administradora Boliviana de
Carreteras (ABC), dentro de los 76 procesos instaurados a denuncia de
personeros de esta última entidad contra mi persona, en diversas vías, por
presuntos delitos de conducta antieconómica, incumplimiento de deberes y otros,
ante Uds. con respeto digo:**** Hago llegar a sus autoridades mi mayor
reconocimiento y gratitud al haber provocado mi fallecimiento el día sábado 12
de octubre de 2013, liberándome de esta manera de la larga cadena de
sufrimientos de todo género preparadas contra mí en el futuro, por quienes
orquestaban el concierto de falsedades judiciales, en el cual cupo desempeñar a
Uds. el nada honroso papel de amaestrados ejecutores.**** Como se sabe, mi
deceso se debió a un infarto ocasionado por haberme visto forzado a viajar a La
Paz (3.680 metros sobre el nivel del mar) para dar cumplimiento a la
conminatoria expedida por el Juez Séptimo de Sentencia para asistir
personalmente a una audiencia que debía realizarse el viernes
11 de octubre en la indicada ciudad, bajo conminatoria de
rebeldía contra mí en caso de ausencia.**** Del averno judicial al que fui
injustamente precipitado el año 2006, no había otra escapatoria que la
defunción, ya que soñar con una declaratoria de mi inocencia por parte de Uds.
era una absurda quimera, frente al completo sometimiento de jueces y fiscales a
las directivas impartidas por quienes favorecían a los interesados en
destruirme.**** Pese a la clara visión que tuve de esta situación y sin prestar
oídos a los constantes ruegos de familiares y amigos para buscar refugio en
cualquier otro país, me impuse a mí mismo permanecer en Bolivia y luchar con
todas mis fuerzas para demostrar la absoluta falsedad de los cargos acumulados
contra mí en varias causas estratégicamente distribuidas por mis enemigos en
diferentes circunscripciones judiciales del país, a efecto de obligarme a
batallar por separado cada proceso, multiplicando hasta la insostenibilidad el
costo material de mi defensa, acelerando también el deterioro físico y
psicológico de mi organismo, al estar forzado a transportarme en constante
angustia de un lado a otro del territorio para impedir se declare mi rebeldía y
se me tenga por confeso de los delitos mañosamente atribuidos a mi persona.****
Mi deceso al tiempo de ser una fortuna para mí, constituye pésima noticia para
sus favoritos, distinguidos jueces y fiscales.**** Los malvados de todos los
tiempos han cuidado siempre que las víctimas elegidas para la tortura puedan
sobrevivir a ella, mediante la mejor atención médica posible, a fin de proseguir
atormentándolas por un mayor tiempo. En mi caso, la ridícula impericia de los
forenses chuquisaqueños autores del certificado médico afirmativo de que un
viaje mío a La Paz, por un período de tiempo no mayor de 12 horas, no
constituía riesgo alguno para mi persona, ha privado a mis gratuitos enemigos
del placer de continuar sometiéndome a nuevos y continuados suplicios.**** La
interminable nómina de argucias, tretas y zancadillas legales y procesales de
toda clase aplicadas sin rubor por Uds. en los 76 juicios armados contra mí, ha
ocasionado el colapso definitivo de mi viejo y atormentado corazón, pero no ha
logrado doblegar mi férrea decisión de no rehuir el combate, pese a la
abrumadora ventaja política con que contaban mis adversarios, ante la que todos
Uds. se han prosternado reverentemente.**
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Esta enorme desproporción ha terminado con mi existencia,
pero paralelamente ha reconfortado mi espíritu la honda satisfacción de no
haber arriado el pabellón de mi dignidad y haberme hundido con éste flameando
retadoramente al tope del más alto de mis mástiles. El peso de la lápida que
cubra mis restos se multiplicará por millones y abrumará constantemente la
conciencia de los pocos de Uds. que tengan alguna. Otro tanto ocurrirá con los
que desde muy alto han pergeñado este cobarde ataque, encomendando a Uds. la
deshonrosa faena de ejecutar el mismo a toda costa, atropellando hasta el más
insignificante vestigio de legalidad.**** Sólo un pensamiento ha ensombrecido
mis últimas horas: anticipar el inmenso pesar que mi partida producirá en mi
esposa e hijos, al verme tan injusta, absurda e inhumanamente inmolado en los
altares del odio, del rencor y del servilismo. Confío que al cabo de un tiempo
un sentimiento de legítimo orgullo ante mi negativa a claudicar, así sea a
costa de mi vida, mitigará su grande e inmerecido sufrimiento.**** Otrosí.
Sustituyo el domicilio procesal señalado en cada uno de los 76 procesos
seguidos ante Uds. contra mi persona, por el número que corresponda a la tumba
que se me asigne en el Cementerio Croata de Cochabamba. En este sepulcro estoy
seguro de encontrar el sosiego y reposo que gracias a Uds. únicamente la muerte
podía otorgarme.**** Cochabamba 13 de octubre de 2013.**** Por el presentante
para siempre ausente y como abogado**** Luis de la Reza S.****
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