Si se recuerda los tiempos de las dictaduras militares y se conocen
los efectos negativos que tuvieron para el país, sobre todo para los
sectores más pobres de la sociedad, expresiones como la lanzada por el
Presidente del Estado en sentido de que las Fuerzas Armadas (FFAA) no
pueden ser “apolíticas” y sostener que esta concepción sería un producto
ideológico del neoliberalismo “para dominarnos y robarnos”, preocupan
de sobremanera.
Es que ese concepto va en contra de
la Constitución Política del Estado (CPE) que establece que la
organización de las FFAA “descansa en su jerarquía y disciplina. Es
esencialmente obediente, no delibera y está sujeta a las leyes y
reglamentos militares. Como organismo institucional no realiza acción
política; individualmente, sus miembros gozan y ejercen los derechos de
ciudadanía en las condiciones establecidas por ley” (Art. 245).
Se
trata de una norma que responde al hecho de que en la medida en que el
Estado confía el monopolio del uso de las armas a las FFAA, éstas deben
depender del poder civil, cuyos administradores son elegidos mediante el
voto ciudadano, cualquiera sea la ideología que tengan. La condición es
que conquisten la preferencia de la población.
En
la medida en que las FFAA se politizan se van convirtiendo abierta o
disimuladamente en un partido armado que incrementa su participación en
el aparato estatal para terminar haciéndose del control total del poder y
asumiendo por sí y ante sí qué se debe hacer con el país. A
continuación, de las pugnas entre sus corrientes internas (que siempre
las hay y se desarrollan en los cuarteles) surgen los nombres de quienes
dirigirán la administración estatal. Se llega a tales extremos que,
como ha sucedido en el país, se la intenta mostrar como la entidad
“tutelar de la patria”.
Además, la toma del poder
por parte de las FFAA no ha sido invento del imperialismo, pero sí fue
parte sustancial de la Doctrina de Seguridad Nacional que se diseñó y
difundió en nuestra región como parte de la estrategia estadounidense en
el período de la denominada guerra fría entre EEUU y la URSS, que
sufrió la humanidad después de la Segunda Guerra Mundial.
Además,
en defensa de la necesidad de apartar a las FFAA de la deliberación
política se debe anotar que desde 1982, han arribado al Gobierno
representantes de corrientes antagónicas que han podido aplicar sus
propuestas –conquistando previamente el voto ciudadano— precisamente
porque el poder militar está bajo control civil, en concordancia con la
misión constitucional de las FFAA que es “defender y conservar la
independencia, seguridad y estabilidad del Estado, su honor y la
soberanía del país; asegurar el imperio de la Constitución, garantizar
la estabilidad del Gobierno legalmente constituido, y participar en el
desarrollo integral del país” (Art. 244).
Por lo
señalado, se debe mantener la concepción constitucional de las FFAA y no
abrir una caja de Pandora que no se sabe a dónde nos podrá conducir,
pues no en vano el famoso canciller francés Talleyrand decía que todo se
puede hacer con las bayonetas, menos sentarse sobre ellas.
Aviso: reanudamos la tarea al servicio exclusivo de Bolivia, nuestra Patria. ponemos de relieve el más sobresaliente pensamiento en defensa de sus intereses y por la vigencia permanente de la Libertad, la Justicia, la Democracia.
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miércoles, 3 de junio de 2015
previo. el MNR estableció su "célula militar" con Ovando, Barrientos y Alvarez Plata y así le fue. significó el golpe militar de 1965, un retroceso de varios años, luego vinieron los regímenes militares sin cuenta, de modo que es un error muy grave de EM pretender que nuestra FFAA se manifiesten por el régimen del MAS. debe oir a LT que nos refresca la esencia de esta institución
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